El fin de una era

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Son casi las 11:50 pm del domingo. La verdad, estoy frente a esta computadora pensando en que posiblemente esté cometiendo un gran error; al mal paso, darle prisa.





Conversando con un amigo al respecto, me di cuenta que el plazo que le di a J era excesivo, muy largo, no fue por gusto. Esta decisión estaba tomada en Marzo, antes de la semana santa. ¿Por qué postergar sus efectos hasta este día? Por las siguientes razones:





a) Como repetiré por enésima vez, J era muy importante en mi vida. Importante de la forma positiva, porque buena parte de lo que soy ahora se lo debo agradecer, aunque haya cierta gente que diga lo contrario (gente lo suficientemente cercana a los hechos, muchas eliminadas con el desfogue anterior). Por eso pensé que no sería malo seguir dándole espacio, y si es que ella lo tomaba, bien.





Deberíamos aprender a conservar en nuestras vidas a quienes nos hacen bien de verdad, más allá de furibundas noches o elevación astronómica de ego.





b) No olviden la fase de desarrollo profesional. Está preparando su tesis y chambeando, con cosas importantes en su oficina. Siempre fui comprensivo con esa situación, que no me inspiraba ni pizca de envidia o desconfianza, pero creo que al menos puedes darte un espacio en ciertas fechas, como la del lunes que pasó.





Es cosa de reciprocidad. Yo lo hice cuando estaba comenzando en el estudio, cuando tenía que pisar más el acelerador para ganarme la confianza de mi gente y hacer mejor muchas cosas que me era nuevas.





¿Por qué toda la semana? Porque sabe (o eso me dio a entender algunas veces) que suelo extender mis celebraciones, sobretodo cuando cae a inicio de semana. Porque, mal que bien, no quiero ser injusto, no la quise meter en el mismo saco de destierros violentos.





¿Y por qué no hacer lo mismo con cualquier otra persona, cualquier otra amistad? Justamente por eso, porque este tema no era referente a cualquier persona, sino a alguien de quien solía esperar mucha más porque de ella quería mucho más. Como fecha límite está bien.





c) Recién hace unos días me di cuenta que sin la efervescencia del 2007, esto ya no iba a caminar. Si bien es cierto esperaba que con una muestra suya de interés, yo podía esforzarme en hacerlo más que bien, pero en estos meses de vacaciones emocionales me di cuenta que tampoco podría forzar ciertas cosas.





El desamor aburre, extingue cualquier sentimiento aparte del amor; las plantas mueren sin luz solar, cualquier ser viviente muere sin alimento. Y eso pasó, a pesar de todo lo bueno, ya no la quiero. Era difícil aceptarlo en Marzo, incluso es difícil para mí decir (o escribir) esas palabras sobre cualquier persona hoy en día, más todavía si pienso que eso debí hacer antes con las personas adecuadas.





Pero bueno, según lo que tengo visto, dudo que le importe, amor, amistad, conversar, cualquiera de las opciones que hoy se pierden, de lo contrario creo que ya hubiera hecho algo. Así que normal.





d) Estoy cansado de ciertas cosas y quiero experimentar nuevas sensaciones, como el poder de decidir sobre ciertos sentimientos y recuerdos. También estoy harto de perder el tiempo de mi vida armando rompecabezas viejos, dando vueltas sobre dunas, provocando que me hunda en ese remolino.





Estoy reestructurando. En estos momentos, es más que necesario deshacerme de ciertos afectos perjudiciales, porque necesito avanzar, y esto no es por egoísmo.





¿Se imaginan que horrible sería que inicie algo con alguien dentro mucho o poco, aún teniendo a J en la cabeza? Feo, ¿cierto? Yo no creo que una persona que llegue en el futuro se merezca el hecho de tener que lidiar con la presencia de alguien en mi mente, que ni siquiera podría contrarrestar, ¿cómo enfrentar esa inevitable sensación de comparación a la que podría ser sometida por cualquiera?





A ninguno de nosotros nos agrada eso de que nos mencionen a un ex, una persona muy especialmente memorable, o afines, incluso del presente, a mí menos. Esa misma seguridad que busco, debo ofrecerla.





El paso para el presente debe estar llano y a pesar de la influencia positiva, J es una enorme roca del pasado que hay que retirar del camino. Al menos, así se comporta, y si es así, no hay motivo para que siga entorpeciendo el curso del tiempo. En algún momento, la felicidad mía dejará de ser la única que tenga que proteger, prefiero hacerlo desde ahora.









Finalmente, no me queda sino borrar su número de cualquier agenda, chau MSN. Lo hago con la lividez que da la sensación de haber agradecido todo y con la fuerza mental que da el hecho de saber qué hacer, a partir del día de hoy, en situaciones similares.





Tendré que liberar ciertas canciones que fueron sólo de J, todas ellas ahora estarán desvinculadas. Por el puente de la Av. Andrés Reyes, felizmente, pasarán muchas mujeres más (en verdad, ya está pasando), así que también será una zona libre, como el Óvalo Gutiérrez. El resto, se queda.





Nada es absoluto en esta vida, todo tiene un lado puesto para la contradicción.





Gracias por todo y buenos augurios para. En verdad se merece algo bueno, aunque mucho no esté haciendo para que la gente se quede a tu lado. ¿Flores? Nica, no tengo plata (no debí comprarle sanguchón a ese reciclador), esa es la lección que estoy aprendido y esas actitudes mías son las que hay que reprimir; si quieren flores, siembren sus semillas.





Ahora sí, puedo declararme emocionalmente libre.