viernes, 31 de julio de 2009

Más argumentos para la Defensa

¿Recuerdan el post sobre la defensa? Bueno, resulta que encontré este vídeo ligeramente tarde, de un clásico: Mr. Smith goes to Washington (en español, "Caballero sin Espada", Frank Capra, 1939). (Que huevas, siendo una de mis películas favoritas, no la veía hace tiempo, ni la mencioné en su momento)

La escena es el inicio del final. Luego de que Jefferson Smith (James Stewart), un preceptor de Boy Scouts que azarosamente es designado como senador accesitario fuera acusado injustamente por senadores de su propia bancada de intentar vender al estado un terreno de su propiedad, exactamente después de que Smith cediera la palabra a uno de ellos, cuando se aprestaba a acusar una verdadera movida en favor de una constructora de represas.


En su segundo intento de descargo, Smith, ya advertido de las posibles jugadas y con la ayuda de su asistente personal, despliega su defensa, durante más de 20 horas CONSECUTIVAS, sin dejar hablar a nadie ("No sir, I'm afraid, not"), solicitando la presencia del quorum después de que todos los senadores dejaban el Senado gringo, aguantando las risotadas de sus colegas y visitantes, hasta que...

Bueno, más allá de lo mucho que tiene que ver con este post, sobre la defensa y las situaciones Constanzianas (no saber que decir o como argumentar en el momento), tienen que ver la pela, imperdible, de hecho la encuentran en Polvos. Les dejo la escena, y también la (excecrable) versión hecha por Mel Gibson y Homero Simpson, bastante más bañada en sangre que la original.









domingo, 26 de julio de 2009

Expediente Z: La Neurosis





"A la prima, hasta que..."

- Adagio popular peruano.

Han pasado más de nueve años desde entonces. Ya había ingresado oficialmente a la competencia, ya había pasado aquel Octubre Negro de 1999, y en ese preciso instante, mis manos estaban aprendiendo a jugar con fuego, sin quemarse, a la vez que entendíamos ellas y yo, la diferencia entre la rugosa pretina de un buzo y la piel tibia y sinuosa de un cuerpo de mujer.
En ese momento, la piel de Z se debatía entre la lava predispuesta a los besos, al placer y a un hombre, y la algidez sorprendida por la osadía de alguien menor, familiar, que ya no preguntaba nada sobre el funcionamiento, sino que incursionaba con una intención completamente distinta, dispuesta a llegar al fondo, literalmente, y ahogarse ahí.

Era extraño que esa mujer no supiera mi edad, si tenía catorce años en el año de mi nacimiento, aquella unica hija de mis tíos, tan atractiva, tan física en sus afectos e ingenua en los últimos meses, plenamente inconsciente de estar caminando dentro de una tela de araña que estaba por cerrar. Dos visitas a Lima en lo que había avanzado del año 2000, proximidad con un espíritu habitante del arsenal de la pasión, curioso con las preguntas de Anatomía y Medicina hacia su prima la doctora, y en ese momento, más curioso que nunca, con menos preguntas y más caricias.

Para el inicio del milenio, mi calidad de burgués era recalcitrante. Sin embargo, los constantes roces y el descubrimiento de mi capacidad de espionaje voyeur se mezclaron peligrosamente con una cualidad no muy conocida para entonces: Mi extrema tendencia disidente. Mientras más repasaba lo repobable que sería, familiarmente, el acto que en ese momento estaba perpretando, mi defensa mental me avalaba: Antes de cualquier condición personal, familiar o social, somos un hombre y una mujer, ante cuyo deseo no había nada que debiese interponerse. Mandar al diablo mis convicciones morales en esos segundos fue lo más fácil del mundo, la valentía es un jugo invisible que baña el cuello de una mujer prohibida sin razón real; de todos modos, era más fácil disparar a quemarropa que a treinta metros de distancia.

***

Z es una de mis pocas primas que no se ha casado. Conozco sus problemas y a la vez, la razón de su afición por la soltería, cosa que no es importante en este momento. Nueve años han pasado desde aquel inconcluso episodio.

Mi intento de aquella noche, interrumpido por la prematura llegada de mis padres, cesó, quedó como un secreto durante unos tres años más. En dichos años, mi regreso al rebaño se fundaba en la creencia de que el amor verdadero y lo que sentía por esa, aquella o esta mujer era lo único que de verdad valía y era justo y necesario. De alguna manera, esa misma fue la tónica en los seis años posteriores, al menos casi todo el tiempo.

Lo intenté otra vez, lo admito, con Z sobria, menos deprimida y más segura emocionalmente. Ese día del 2006, hizo un recuento de lo que había sucedido hacía seis años, en un intento de pensar en el supuesto error que habíamos cometido; un gran error por parte suya, pues no hizo más que elevar mi temperatura emocional y exponer más claramente ese episodio, digamos nuevamente, inconcluso. No quise entender razones, sólo necesitaba responder una interrogante del pasado y varias del presente, aparte del desear sentir ese inevitable afecto que nace de la fricción de dos cuerpos; no pude evitar percibir esa actitud como de real desprecio, como un verdadero escupitajo en un plato vacío, un desdén difícil de olvidar o perdonar; tampoco pude evitar involucrarla con el verdadero bajón provocado por el caso Limón, cuyo desenlace había provocado ese viaje al sur.

Recibí una gran noticia: Z vuelve por unos días. Y yo creo que no ha llegado en momento mejor.

Esta cuestión está pendiente por muchas cosas; pues como todo asunto sexual de un hombre, va mucho más allá de lo meramente sexual. Tal vez, sin querer mucho más, encuentre las respuestas que falten a las preguntas que nunca llegué a formular, o mejor aún, sea la libertad definitiva de mis principales censores, aquellos contradictorios seres que tácitamente me solicitan hacer una vida de hombre, pero me impiden actuar y hasta permitirme ser percibido como tal. En el fondo, a veces pienso que el miedo al rechazo no es más que un reflejo hacia todo el mundo de lo que sentí por ser rechazado por Z en su momento, y que el resultado final de estos días no sólo cambie ese día, porque no, el destino del mundo de quien escribe.

Siento que puedo cambiar la historia, siento que me veo bien. Es cosa de esperar unos días y hacerle comprobar a Z (y en ella, a todo Venus) que soy un hombre como cualquier otro, que siente más allá de la piel, los alientos y el orgasmo, más allá de cualquier condición cronológica, social o de cualquier otra índole. Y lo admito, pongo ahora incluso más temple que en muchas ocasiones en las que estuve enamorado, quisiera estarlo ahora, sería imbatible, firme y feliz.

Ese delito no ha prescrito aún, así que me someto a cualquier proceso por terrorismo a abrirse.


El himno del combate terrorista, sin dudas.


Esta canción es el deshueve total, no puedo evitar pensar en que la tocaré si consigo triunfar en esta empresa. "Saca la mano" con Las Primas.



La canción de esa noche, "Traición a la mexicana"

lunes, 20 de julio de 2009

La Defensa toma la palabra: NO JODAS!!!!


Mr. T y yo pasamos el fin de semana del amigo haciendo algo de amigos: Matarle pasiones indeseables al camarada. Una amiga suya estaba en Lima y no dejó de hacerle sentir su casi deber de salir con ella (?). El lugar era el cine y había que esperar a que Cecilia, la amiga, nos diera el alcance. Justo con el billete en la ventanilla de la taquilla, hice referencia a la oferta para gente de tercera edad.

- Espera, Cecilia aún no llega, podemos decir que se trata de nuestra abuela - susurré, y a los dos se nos iluminó la cara -.

- Aquí tiene su boleto, señor - me dijo la boletera, sonriendo como quien descubre a un baboso que se quiso pasar de vivo -. Catorce de vuelto...

Me retiré, mencionando esa situación tan Georgeconstanziana, de saber que decir o que hacer... después de.

***

Recuerdo la primera semana de Diciembre del 2007 por su dedicación especial para un cliente del estudio. Tres escritos para el mismo caso ante la misma instancia, sintiendo extraña y hasta enojosa dicha situación. "Nos contestaron la apelación, mandaron un escrito más, y otro final, adjuntando medios", me dijo Montoya, mi jefe, para después responder a mi inquietud sobre nuestros escritos:


- RR, cada palabra de la otra parte debe tener respuesta. Debemos responder todo lo que se sostenga en nuestra contra, como cuando peleas con tu enamorada...


***

Hasta entonces, la última gran pelea que tuve no había sido de pareja, sino contra una matrona tratando de moler a garrotazos a alguien que trató de cortejar a una de sus mocitas. AQSSMA, tal vez con el despecho de no haber ganado mi atención, por el hecho de haber intentado algo con Limón, su mejor amiga y "protegida" ("porque entre amigas nos cuidamos", un poco "Kotex" esa frase).

No entendía que velo tenía ella en ese entierro, pero decírselo podría haber afectado su entonces frágil psiqué. No tenía ganas de quedar como un patán, sólo quería encontrar una forma de decir "Tu único asunto conmigo funó porque jugaste mal, teniendo ganado más de la mitad", sin un solo rasguño, pero la dejé hablar demasiado, decir cosas que, por inverosímiles, no tuve como rebatir.

Acusado de sangrador, complejo de Humbert Humbert, mala influencia emocional, corruptor, arribista (¡Sic y Sick! ¡Si Limón vivía en San Martín de Porres!), incompatible con su pacífica forma de ser, entre otros descabellados pero ofensivos cargos, contra los que no hice mucho uso de mi palabra, o al menos de una palabra correctamente guiada por mi cerebro.
Fui un pésimo abogado durante ese olvidable 2006, ni mi condición de practicante del estado me hubiera podido excusar mi incapacidad para armar una estrategia de descargo eficaz.

***

El interés en la defensa es vital para el ser humano. Desde su evidente desventaja física, su máxima dote natural se vio primigeniamente usada en técnicas para contrarrestar todo aquello capaz de destruirlo. No por gusto casi todas las culturas que conocemos tuvieron sus propias técnicas de defensa personal y hasta ataque, y que varias de las civilizaciones que más avanzaron en la historia sean, justamente, las que se avanzaron más con sus técnicas disuasivas.

El problema es como defenderse en este extraño combate, que se afronta con guantes llenos de púas, bañados en jugo de cebolla, sobre una lona fofa, hecha de recio cuero arequipeño. Me dieron ganas de evaluar mi escudería y descubrir los motivos por los cuales siempre fui un burguesito creyente de ciertas tonterías...

***

"Nunca admitas el error o la culpa", fue otra sentencia de Montoya que hubiera sido oportuna en Agosto del 2001. Torpe como yo solo, a eso de las 9:00 PM de ese domingo 26, había dejado que la mejor relación de mi vida se me hiciera astillas por un error de chibolo, de chico menor que su pareja. Sí, inconcebible para una mujer tan fantástica como creyente en la "seguridad interna", pese a haber sido inofensivo o no haber provocado tanta distancia como ciertas discusiones o distanciamientos que habíamos tenido meses atrás.

Algo tan nimio no hubiera podido ser la gota que derramaba el vaso, era un hecho que bien podía entibiar.
De hecho, este era un caso que requería algo de cinismo táctico para retirar y luego olvidar una situación que parejas más maduras suelen guardar en el ático de lo intrascendente, y a partir de eso, enfriar el tema...

***

"Si has hecho algo malo, demuestra que fue para evitar algo peor". Mi primera novia descubrió mi sistema de mentiras que giraban en torno a un eje: Hacerme pasar por un estudiante de academia preuniversitaria, en lugar de un chico de cuarto de secundaria, dos (o más) años de diferencia fáctica.

Por supuesto, sabía que estaba mal, pero era la única cosa en la que había mentido (pese a haber seguido el sagrado proverbio: "Mentir y comer pescado requieren de mucho cuidado") ; fuera de eso, todo lo demás, lo dicho, lo sentido, las caricias, las llamadas, los abrazos, las salidas, las tardes, el invierno, todo, todo, todo, no daba opción a la duda, y no fue malo, no fue una mentira incómoda o que oculte las verdaderas razones de algún desvarío o disminución de calidad. ¿Todas esas cosas emocionantes tenían que basarse en una cuestión tan secundaria como la edad? Con la respuesta a esa pregunta, ganábamos el caso.


***

El tercer caso perdido de la década fue de aquellos en los que las palabras no tienen espacio entre las acusaciones de la otra persona. Cada movimiento por hacer es el más dicícil porque el principal impedimento es el miedo a dañarla, la posibilidad de que ella deje la pelea y, consiguientemente, deje todo. No entendía porqué LMS cortaba tan despacio con su cuchillo, ni porqué tenía que subrayar los adjetivos de sus reproches, pero no fue la única discusión en que terminaba yo dando pie, pantorrilla y muslo.

Me gustó la idea de que como pareja, tengamos una cosa más que nos una: La carrera. Sin embargo, nuestros ritmos fueron distintos: Ella estaba involucrada en el mundo jurídico y político de su universidad desde el primer día, yo aún disfrutaba mi juventud entre Estudios Generales, literatura, teatro, política universitaria, todo eso, con la musa al costado. Descubrí lo equivocado que estaba, cuando muy resbalosamente, esbocé la idea de unir los retazos de una novela corta que nunca había terminado durante una temporada fuera de Lima.

- RR, no sé si has aprobado aquellos cursos, pero estas cosas te sirven cada vez menos...

- ¿Qué cosas?

- Mira, tus hojas, tus libros, tus textos, todo esto. Estoy segura de que estuviste igual en semana de finales...

- Aprobé lo que tenía que aprobar - le dije, sin tener mucho que ocultar, con el alivio de fin de finales -, no entiendo porque me pregutnas por algo que ya pasó.

- Sí, ya pasó, pero sería bueno que tú también pasaras, que siguieras su rumbo - dijo LMS, apoyada en el escritorio de mi cuarto, con un lapicero en mano -. Posiblemente pierdas un ciclo de facultad...

- No voy a perder nada, lo aseguro.

- Vas tener que recuperar el tiempo y mira, si sigues haciendo tantas cosas, no sé - decía, acelerando la voz, presionando con su ritmo -, es una carrera exigente, estudiar y trabajar no es nada cómodo, conseguir práctica depende mucho de las notas...

- No quiero pensar en eso por el momento - le dije, en un intento de zanjar el tema, mientras encendía un cigarro -. Mira, Rita me ha dado esto, me ha gustado mucho su idea, está sublime...

- ¿Esto es lo que quieres hacer?

- Al menos leelo...

"Leelo, nunca sabes lo que hago, en cambio yo sé que no pasas de las tres líneas con mis cuentos, no soy ningún cojudo, LMS, te quiero tanto que te conozco. Crees que porque tus amigos de universidad hace A o B, todos tenemos que hacer A o B. Ni te pregunto que pasaría si en vez de ello, quisiera C o T, o tal vez L, nada que ver con la exitosa vida de tus amiguitos EFA, porque sé que me dejarías, ya mismo estás haciendo algo que me hace sentirte desentendida con los nuestro. No sé hasta donde tendría que entregar para que te quedes, pero estoy seguro de que esto vale la pena, aunque sea intolerante con ellos, que a veces te reclame cosas difíciles, pero es justo que des algo también. He peleado tanto por tí, que no dudaría en seguir haciéndolo, pero por favor NO JODAS!!!!! Hay cosas que no te voy a regalar"

Fue lo recomendado al oído por una salamandra a quien no le hice caso, por lo atropellado o violento que pudo salirme. Posiblemente LMS hubiera salido de mi cuarto, diciendo que yo no tenía remedio y que no se podía hablar conmigo, se encontraría con el intercomunicador, apretaría el botón, abriría la puerta y se retiraría rápido, sin despedirse, sin dar tiempo a dudas o murmuraciones; aún así, con ella afuera, existiría una gran diferencia en ese momento y en su futuro.

***

La oficina cae en soponcio a partir de las 3:45. Se define como fue el día entre las 2:30 y 3:30, después de lo cual hay que saber mantener las cosas. Ya son las 5:50 y estoy en el baño de la oficina, es un buen día, voy manejando bien el partido, me preocupa más otra cosa.

Tengo que darle más volumen al nudo de la corbata, limpiar las solapas de cualquier cosa que se asiente por ahí, lavar mi rostro para mostrar la verdad. Hoy no veré Los Simpson (D'oh!), cuya segunda temporada están pasando en el 2, por algo importante: Estaré a las 7:00 en la universidad, para encontrarme con una amiga que aprovechará el incidente para conversar conmigo. Nos hemos visto poquísimo este año, y en esas ocasiones, digamos que fue de Iceberg.

Sé lo que vendrá: Reclamos por no asistir a dos cumpleaños, por mi ausencia, por no llamar, etc, etc, etc. Me miro al espejo con toda la seguridad en mis argumentos: Hay Facebook, hay mail, hay MSN, hay teléfono fijo, hay celular, lo que no hay es pierde o excusa alguna; quien estima de verdad, prueba, intenta, es constante y no olvida ciertos acontecimientos.

Tengo la certeza de que esté siendo sancionado por mi guerrillero acto de fijarme en alguien de nuestro grupo de amigos; ese será un argumento final, para cuando no haya como vencerme. Por lo demás, estaba yo esperando que llegaran ciertas horas, porque por si no lo saben me encanta esas cosas, que no importa si es muy tonto, soy así...



"In too deep" de Genesis, una canción respecto a lo que no siempre es fácil decir sosegadamente. Abajo, el título no puede ser más elocuente, "In my defense", Freddie Mercury es la voz y la vida.



miércoles, 15 de julio de 2009

Valores, códigos y ética


Uno de los pocos periodistas deportivos a quien leo es Luis Puiggrós. Si bien es cierto su ultra racionalidad respecto al más popular de los deportes podría colisionar con mi conocido pasional hinchaje por el club más grande del país, me parece siempre lúcido y de opinión autorizada. Uno de los argumentos más importantes de los presentes en sus artículos designa esto: El deporte rey tiene también ciertos valores y principios inalienables, más allá de los resultados.

Igual, este ya viejo tema de las banderolas también me hizo pensar en algo que mencionó Felipe Butters en su programa: Así como la práctica deportiva en campo tiene sus códigos éticos, el combate barrista tiene también ciertas normas tácitas, tal como la guerra tiene hasta su propia especialidad jurídica.
Por estos días, pensé en el otro deporte rey; sí, ese, en el que se campeona, en el que se hace goles, en el que se puede sufrir o gozar en extremo jugando en primera. Gracias a este post de Ronny "Traumadito" Lionel, pude refrescar mi memoria respecto a ciertos hechos de este verano...

I: Conservar la dignidad y la vergüenza deportiva tanto en las victorias como en las derrotas.

31-Dic-2008: Una de las primeras cosas que hice al volver de Trujillo con la flamante Copa de Verano, fue ir a donde mi buen amigo Yuri Ruri, el antagonista, el clásico rival, el otro Vásquez de esta zona, el equipo de barrio, el Cottorro, el wailo, entre otras cosas. Que mejor para sacar lustre a ese insignificante pero al fin y al cabo reluciente galón...

Ruri: Pero sé honesto, gordo. Como que algo de ganas a C te quedan, ¿no?

RR: Puta, te soy sincero, la chata me gusta. Si no la conociera y me la cruzo en la calle, de hecho volteo a mirarla y hasta me echaría a especular*** con ella, si no hubiera habido un feeling de tantos años o no me gustara como pareja, normal que la trato, todo chévere. Pero eso se va diluyendo con los días...

Ruri: Anda, huevón, ¿ya ves que te sigue gustando? De puro despechado te largaste, como suele pasar. Salamandro, sincerémonos, sólo mandamos a la mierda a quien nos importa mucho, a la hembra que no tanto, se le deja pasar y chau...

RR: Claro, pero la lavo al toque, por ahora sólo queda el gusto, y eso se diluye con el refuerzo en el recuerdo de los malos momentos sobre el de buenos...

Ruri me siguió mirando, buscando cualquier forma de quitarle lustre a mi nuevo estado de mejoría. Ninguno de los dos mentía, C estaría presente en mi vida al menos las primeras seis semanas del verano, como un apéndice incómodo, como el más reciente campeonato perdido, como la chica que le gusta a uno hasta que se cansa más temprano que tarde, olvidando finalmente esa frustración que no pasa de ser sexual (como las que abundan en la vida de cualquiera). Quise recalcar los puntos que pensé diáfanos en nuestra última conversación.

RR: Simple y llanamente, me demostró que no es la mujer que necesito, que no creció mucho en ello en estos cuatro años, por lo que irá perdiendo importancia más rápido de lo que crees...

Ruri: Pero hay una espina que quieres quitarte...

RR: Se va a caer sola, está saliendo sola. ¿Qué querías? ¿Qué le ruegue? No, wailo cagón, nunca me verás así...

Ruri: No para estar, gordo cabro, puta madre. Sólo un cache...

RR: Rogando, suplicando, jamás, para nada. ¿Tú lo harías?

Ruri: Sí,te dije, lo importante es conseguirlo. Nadie tendría que saber como o con qué o mediante qué, el hecho histórico que de verdad importa es conseguir, hacerla, anotar, meter...

RR: Es fácil hablar, tío. Dime la verdad, ¿tú alguna vez le rogaste a alguna mujer algo?

Ruri: Sí, alucina, y finalmente pues, terminamos acá en la casa, KAS. Todo mundo recuerda que me la tiré un par de veces, y fueron buenazas ambas, en ambas tuve que pedirle. Lo importante fue el resultado, piensa en el resultado, gordo, sólo eso.

III: No desearás ni trabajarás a la ex novia, ex agarre, ex amiga cariñosa, ex esposa, ex concho, ex gileo de tu amigo.

IV: No interferirás en el trabajo actual de tu amigo. Su afane es sólo suyo y de nadie más. El trabajo del amigo se protege como el de uno mismo.

Una de las cosas que odio de Mañuco y H, pese a ser entrañables amigos, es la poca ética que tienen. Peor aún si con esa poca ética, consiguen pobre resultados.

Mañuco se entretenía un rato conversando, embelesado, con un par de mujeres de mi promoción con quienes pasó año nuevo en una casa de playa. Yo no las pescaba ni de bajada, así que con el más diplomático de mis saludos me fui a conversar con H, que también estaba en otra.

H: Que bueno que ya se olvidó de la negra Andrea.

RR: No sé, tío. Es la única que le para algo de bolilla, ¿a tí no te molesta?

H: La negra ya me llegó al pincho. No sé porque se molestó cuando le pregunté si había feeling con Mañuco.

RR: ¿Cuándo?

H: ¿Recuerdas el día en que salí con Mañuco y ella, cuando Mañuco estaba chupando ron en el cine? Se le estaba pegando y todo, y yo me fui a otro...

RR: Anda, huevón, ¿lo dejaste a propósito? Fácil se dio cuenta y por eso te mandó a la mierda...

H: No, la negra es una inmadura y ya me llegó al huevo...

Seamos honestos: La negra no era la gran cosa, máximo aspiraba a quedarse en la mitad de la tabla. Sin embargo, no creí que se mereciera tan denigrante y casi comercial trato por parte de mis amigos, y tampoco consideré ciclotímico su malestar, o no tanto como lo que sucedió después, luego de que Mañuco se autodespachara de la mesa de las chicas PUCP que yo había evitado durante toda la tarde.

RR: ¿Qué pasó? ¿Descubriste lo aerobagres que son?

M: No entiendo porque eres tan malo con tus compañeras de facultad... yo a la Happy, como las huevas...

RR: Por algo le dicen la Happy, porque podría tragar hasta de tipos como nosotros.

H: ¿Entonces le pasas la negra a Raulín?

RR: ¿Qué?

M: Sí, aquella vez también me llegó y pensé que sería bueno que alguien más compruebe...

H: Sí, le caes bien, y fácil ya se hartó de Mañuco.

El problema con su planteamiento era, principalmente, que habían mujeres que me caen mejor que la negra Andrea, y que esta chica definitivamente era trabajo de ellos.

RR: No, Mañuco, es tu chamba. No entiendo porque demonios tuviste que agarrar lo que sobró de la comida de H.

H: Oe, jamás me la he comido.

M: Estando borracho dijiste lo contrario.

RR: No sé, cuñao. Es tu chamba, yo la respeto. En algún momento pensé que tal vez sería un buen equipo, pero Mañuco...

M: Yo nada...

RR: Es tu chamba, yo sé como te cuesta el tema, entre gitanos no nos vamos a leer las manos...

H: Oe, pero tampoco es una tragedia...

RR: Mañuco, te has agarrado una negra, quieres con una negra. Esta noche tus abuelos y San Ignacio de Loyola vendrán a jalarte las patas y hacerte castillito toda la noche, hasta que te sangren los tobillos.

***

Ya frente a mi computadora, pienso en el libre mercado, y que hay ciertos principios que, como "principios", no necesitan estar escritos, pero naturalmente son respetados casi instintivamente por el ser humano.

Me sigo preguntando por momentos en los que he violado alguno de los mencionados antes, o cualquier otro. No me precio mucho del tema porque igualito salí perdiendo, pero nunca dije "por favor", ni "por favor", a lo mucho llegué a un "anda" sin la entonación de un "no seas malita"; tal vez sí, no sé si eso se considera antiético, debería dejar de juzgarme tanto.

Aunque, no sé... alguna vez dije algo así como "Da igual, voy a esperar a que aclares tu mente, si no te molesta, estoy dispuesto, ¿no crees?". Pffff...

Tal vez, pesándolo bien, hay una mujer a la que sí le rogaría y le argumentaría alguna cojudez para llevarla a la cama, para estar, para casarme, sí, sí: Janeane Garofalo (Janis Gold en 24, la de "La verdad acerca de perros y gatos"), como el pata de Two and a half men. Tiene unas reacciones muy interesantes...




***Especular: Acción de simpatizar o tratar de llamar la atención de una persona del sexo opuesto, sin intenciones muy directas o avanzadas, sino con la simple de tantear un poco el terreno yendo despacio.

lunes, 13 de julio de 2009

¿Por qué el fútbol? ¿Por qué mi equipo, y no ella?

- Porque el fútbol me hace reir con ciertas cosas, como lo del patita que se desmayo por una diarrea fulminante que, para coronarla, era apodado como "Frejol" en su equipo (el gol de la fecha).


- Porque mi equipo nunca tiene "momentos en los que necesita encontrarse a sí mismo".


- Porque mientras más alientas y más crema te pones, mejor juegan y sacan unos partidos de la puta madre. En cambio, hay otras que se ponen más desdeñosas, y con los que son pecho fríos o cero aliento, todo...


- Porque no se queja de que uno sea pegajoso.


- Porque a este, por mal que ande nunca podría cambiarlo.


- Porque no te juzga por ser pituco, pobre, alto, chato, gordo, flaco, blanco, negro, chino, zambo, al menos mi equipo no (yo conozco otros equipos donde no dejaban jugar a los no negros). En cambio, hay quien te para el juego si no estudiaste en tal o cual colegio.


- Porque no se pone a histeriquear si eres hincha también de algún otro equipo internacional, y es plenamente consciente de que mi amor es único.


- Porque a diferencia de otras, no tiene intocables.


- Porque sabe y tiene justo lo que necesito, no se inventa tormentos ni laberintos.


- Porque nuestros partidos duran 90 minutos.


- Porque es el tercer clásico seguido que ganamos, porque hace casi 22 años no volteábamos el marcador en un clásico, y porque estamos a seis puntos de distancia.


- Porque no es amor de pareja, ni amor materno-filial, es inexplicable, y puede que el más sólido que exista...



viernes, 10 de julio de 2009

Lo realmente importante sobre el caso Delgado

Sí, sí, sí. Sé que ha conmocionado a la farándula vernacular y a la opinión pública, que volcó a esto su atención en lugar de cosas más importantes, como el cambio de restricción de Rómulo Leon, los próximos cambios de gabinete, o como se le escapa la tortuga a la gente del Ministerio de Salud con lo de la porcina o con lo del frío en el Sur.

De hecho, todos hemos prestado algo de atención al caso de Alicia Delgado. Y yo preferiría zanjar esta discusión diciendo que Abencia es una de esas peligrosas mejores amigas matronales (o "patronales" en su caso, porque lo suyo son las fiestas patronales), tipo La Chacala, que adora controlar la vida de sus amigas, pero cuando una de estas se sale de cuadro, le dice que no o comienza a salir con alguien que no le cae a ella... dios las coja confesadas (prometo profundizar al respecto, hace años vengo con esta promesa).


Pero eso no es lo estremecedor, lo aburrido. Más allá de mi naturaleza fácilmente colmable, creo que muchos estarán de acuerdo conmigo, que aparte de ser una sucia cortina de humo y de ocultar la problemática de la violencia en las relaciones mujer-mujer, lo inconcebible es que, carajo, hace días ocupe portada y contraportada, SIN PONER DESDE EL LUNES FOTO DE ALGUNA NUEVA MALCRIADA!!!!! NO JODAN!!!!!!!




(Lo siento, chiquilines. No me gusta Bareto ni Chacalón ni las combis, pero yo también tengo mi corazoncito chicha)

Romanticismo total, Malcriadas y Alejandro Sanz en una misma máquina.


APDEIT!!!!!!!!!!!!!!!!! Ahora que mataron al peluquero Marco Aurelio, puta madre, comenzará una cacería de locas alucinante. ¿Dónde está Arthur Miller, por dios? En fin, creo que los conocedores del tema de este post saben lo que esto significa...


Si quieren tener una idea de como sería, más o menos, la cacería mencionada, chequen este vídeo:


miércoles, 8 de julio de 2009

Durante...

Uno de los relatos más interesantes y aleccionadores de mi padre es el de su última quincena en el Ministerio de Trabajo, en 1992. Luego de altos picos, y casi inmediatamente después del autogolpe, el viejo estaba alejado de las dos oficinas que había ocupado durante más de dos décadas; su labor en ese tibio otoño, más que degradante, era aburrida para cualquier abogado: Coordinar diligencias con la PNP, osea, pasar ocho horas esperando notificaciones policiales y fechando inspecciones que, en el día más agitado, no pasaban de cuatro en Lima. El período de la estrella había terminado, así fue el juego siempre y por supuesto, la primera opción fue la renuncia, y la segunda fue ser su propio jefe a tiempo completo.

Si yo fuera mi propio jefe, creo que no estaría pasando un día tan aburrido como el de hoy, sin duda, el más aburrido en los meses que llevo acá (NO PUEDE SER!!!! ES UN HERMOSO DÍA, COMO EL OTRO DÍA!!!!!!). Honestamente, la carga de trabajo es la esencia, el nervio motor de mi permanencia no patrimonial aquí, y hoy como que no hay mucho de eso. Si yo fuera mi propio jefe, no hubiera pasado varios minutos de cada día en el descubrimiento del artificio que me permitió la conexión a blogger; de hecho, hoy no estaría escribendo, sino dado un paseo por la ciudad, que está más linda que nunca sin tanto tamal de chatarra andante. Ser mi propio jefe es algo llamado libertad.

Todavía tengo en mente el tercer taller, escrito en rojo y subrayado, aún cuando no me deje mucho tiempo para la chamba y para los expedientes. Por supuesto, esta idea tiene cabida gracias a un sacrificio por el que voté a inicios de este año, no salir de Lima por ningún motivo que no sea laboral, pero aún con esta decisión tomada parece no ser suficiente. Mi otra opción sería...


¿Renunciar? Esta vez, preferiría que me boten. A pesar de que no soy muy adepto a las garantías mobiliarias, embargos, inscripciones, entre otras cosas del ámbito crediticio, no tengo derecho a quejarme. El ambiente laboral es ampliamente mejor que el de mi anterior oficina, sin lugar a duda, y el sueldo (pese a ser de practicante pre) realmente ayuda mucho a sostener no sólo mi economía, sino mi autoestima, ¿qué hubiera sido de mi viejo si se hubiera quedado llenando cuadernos en el MINTRA en 1992? ¿Qué sería de mí sin una chamba, sin un ingreso? Algo común: La completa sensación de inutilidad. Es una necesidad que desgasta, lo admito, y repito, no tengo derecho a quejarme, es un sacrificio justo, aunque ni tanto, me encanta la voz de mi jefa, admito que a veces le pregunto cojudeces sólo para escucharla...

De hecho, renunciar sería como terminar una relación porque es demasiado para mí, demasiado más de lo que merezco. ¿Rechazar algo porque es bueno, realmente bueno, para mí? Puta madre, honestamente siempre he odiado ese comportamiento, aún cuando haya cometido alguna vez ese crimen. Repito, prefiero que me boten o que hablen de renovación, de todos modos, esta es una empresa del estado, y hay dos o tres compañeros esperando afuera, vigilando, aguardando a que cometa algún error o un acto terrorista para ocupar mi computadora.


El objetivo de este año es comprar mi libertad. Con un título bajo el brazo, tendré el cuádruple de posibilidades de poder administrar mi tiempo de manera independiente, de hecho tendré un ingreso suficiente como para retirarme de la carrera a vivir una vida económica de cuasi ascetismo, y hasta podré meterme al ETUC o ESNAD, pero primero lo primero. Comprar mi libertad, la posibilidad de hacer algo que nunca me ha hecho sentir incomodidad alguna, lograr el objetivo a través de un estricto régimen de ahorro y chamba.

Oh, a mi jefa se le cayó algo en el pasillo, está agachada, va a tomar tiempo en recoger su bolígrafo, que cayó bajo una computadora. Puede ser el momento adecuado para un improvisado atentado terrorista. Parece que no puedo con mi genio (según expediente de tentativa y otro aún no reabierto), gordo aunque lo fajen desde chico...


En fin, afuera el paro, arriba el sol, aquí la vida, una canción, un poco de satisfacción...

domingo, 5 de julio de 2009

El día de Paro

Plaza del Rosario, Av. Salaverry. Foto captada en mi feriado bicicletero

Camino a Corpac, al volante, pienso en que tengo que ser más despiadado para ser más feliz. Hoy soy feliz, ¿por que negarlo, por que no decirlo así? Soy feliz a costa de toda esa gente que está subiendo por la rampa del zanjón hacia Saga. Desde que me levanté, estoy seguro de que soy quien más está disfrutando este día medio soleado, lo único que lamento es haber devuelto la bicicleta que utilicé para la muestra del taller con Katu, Natalia, Regina, Ericka, Juan Carlos, David, Fritz, Magally, Alicia, Katherine, Charo, Paola, Mónica, Ruth (¿Falta alguien? No creo).

Mi personaje tenía con esa bicicleta un escena cumbre, ya verán fotos...
(No les conté casi nada del taller, creo. Lo siento, no tuve tiempo. No sé si se habrán percatado, pero todos los escritos, expedientes y confesiones sediciosas que leyeron en los últimos meses, son meros inactuales. En tiempo real, ya voy por mi tercer proceso por terrorismo) "Como rie la vida cuando no hay transporte público", me digo, sin una pizca de solidaridad para con quienes tuvieron que sufrir. Vuelvo a pensar en la felicidad como un recurso escaso, excluyente, diferenciador, cuya propiedad no puede ser de todos, sino de algunos, sólo que ahora pienso que discha propiedad puede ser aleatoria, y últimamente esa suerte me sonríe más seguido.

Eso pasa en esta especie de veranito de San Juan personal, de mi inusitada Neoadolescencia, la suerte y, sobretodo, la justicia apoyan la felicidad del que busca la revolución.


("Luciernaga curiosa, que verá que eres mi consuelo", me encanta esa canción. Condenado youtube que no pone el vídeo, en fin, winamp, no dejo de repetirla a medida que escribo esto.)


Ya finalizando el día, tengo que recoger a mis padres., este es el único carro de la casa, tengo que ir a La Molina por mi madre, y luego por mi padre. Nadie jode, puedo pasar el zanjón de la Av. Javier Prado a 50 km/h porque me da la gana y la tensión. ¿Por qué los recojo? Porque dentro de una hora tenemos un velorio en el Callao, tenemos que ir los tres, donde un amigo de la familia al que tratamos como no tan amigo últimamente (osea, no lo llamamos ni por navidad, ni teniendo tiempo libre).

Michael Jackson, Alberto Andrade, el señor Montes. No es que la muerte mejore a la persona, no creo en eso. Yo creo que es el nuevo nacimiento de la misma, un parto, pero en otra dimensión, la dimensión de la memoria de las personas que estuvieron a su alrededor. No por gusto, los muertos explotan en relevancia, y en 0 kilómetros. Todos excepto Jackson, según mi madre, que había desheredado a su padre.
Jackson es un personaje muy particular, siempre tuvo a todos a su alrededor, pero hasta el punto en que llegó a ser rodeado, acorralado, obligado ser un adulto comprimido en cuerpo infantil, para luego ser un niño demasiado volatil en un cuerpo languideciente y, a la vez, eternamente joven.

En fin, obligado a cargas excesivas, eso puede ser considerable para una estrella mundial, ¿pero para un niño? Digamos que el principal cancerbero doméstico de Jackson era el padre, primero un gran intolerante y golpeador para con todos sus hijos, luego exigente manager (una forma de llamar a los explotadores de jóvenes talentosos) del grupo de sus hijos. Yo ahora mismo estoy transportando a mis padres hacia el Llauca porque se lo merecen, soy una especie de Michael Jackson: Si me hubieran puesto un dedo encima, y si el Código Civil me lo hubiese permitido, no les dejaba ni callampa.


En fin, algunos soles menos en mi masa hereditaria: He pasado del velatorio del Hospital Naval hasta San Marcos en un minutito. Vale decir, que esa estrecha vía la pasé en más de 60 km/h, el típico "Efecto de los rápidos" (una corriente o movimiento de algún cuerpo tiende a ser más rápido en un espacio más pequeño o estrecho, como un cauce o una vía angosta) con un gran problema: En esta provincia constitucional, han escondido cámaras viales en cualquier lado, con el fin de multar a quien sea.
Mi interrogante: ¿El hospital Naval está en Lima Metropolitana o en el Callao?

Al cierre de esta edición, Chema y unas salamandras me están pasando otro dato sabroso: Parece que se viene un segundo paro, de tres días. Carajo, me doblé.


Por un lado, Luis Miguel, la cancion de como ríe la vida y los ojos negros. Abajo, Jacko, y un clásico de mi infancia, porque con MJ partió
también parte de la memoria, con vídeo cuya versión original se encuentra aquí.

miércoles, 1 de julio de 2009

Un Koala en el Colca




- ¿Y tú, RR? ¿Por qué no bailas?


J había compartido sólo una pieza conmigo, por mi voluntad, de hecho, sólo una de las canciones de esos archiconocidos mixes de discoteca pachanguera (Dios mío, ¿qué hago aquí? Me siento como un Koala en el Colca). No soy cagalafiesta, para nada; hemos venido alrededor de 10 personas conocidas más 8 "invitadas", soy uno de los 18 presentes, no el centro de mesa, hay otras opciones, incluyendo a su novio (que debería ser la opción exclusiva y excluyente). Por lo pronto, mi opción es la mesa y mi botella de agua, "como un hongo" como diría mi madre.


De hecho, no me moví en casi toda la noche de la mesa, eso tiene que ver con otra confesión que tendría que hacer para explicar un mundo de cosas, pero que para este caso es improcedente de plano. Utilicemos la anexa entonces, una que no me atreví a decir nunca por no parecer más antisocial que lo digno de mi comportamiento, una que no me atrevía a decir para no ser fichado de homófobo o aburrido, ¿para qué negarlo? Hoy ya no me importa nada, menos el juicio de una mujer que me ha encasillado entre sus "mejores amigos".


- J, ¿cuánto tiempo nos conocemos?


- ¿Desde Letras, no? Veo que cada vez te cansas más rápido al bailar, ¿por qué no tomas una chela?


- No, no lo necesito, veo que no te has dado cuenta...

- ¿De qué?

- De que me aburre un poquitín bailar.


J puso una cara multiple, de plastilina, de mórfosis entre decepción, sorpresa ingrata y cierto desprecio por un fenómeno que salía de su jaula. Eso sí, su interrogante no había sido resuelta aún, y era mejor explayarme para allanar cualquier duda y de pasadita, sentar jurisprudencia:

"Me aburre bailar, me aburre harto, yo lo concibo como lo que es, una ceremonia ritual previa al apareamiento, si no existe ese resultado entre todos los EPM que hay en un baile, no tiene sentido para mí; de hecho, me jode como mierda la pachanga, no la soporto, ni eso ni verme obligado a seguirle el ritmo para nada, para que las cosas nunca jamás varíen, mucho menos tener que moverme por compromiso, sin tener que cruzar miradas ni acercar pieles, así de claro. Ah, por cierto, desear aparearse con alguien no es malo, de hecho es la muestra de afecto más indudablemente sincera que puede dar aun hombre, desearlo tampoco significa que de todas maneras vaya a llevarlo a cabo."

- Bueno, pero al menos tomemos un trago...

- Oye, ahí está Alfredo (el novio de J)...


- Sí, ¿pero no quieres una chela?


- No, regreso en un toque.


Entre los "invitados" (a quienes no llamo "infiltrados" porque se portan bien), hay alguien que parece jugar mejor que sus amigas, P se llama, es la única mujer en ese grupo con el cabello de color natural, relativamente alta y el rostro coronado con la frente descubierta, linda. No hace mucho escándalo ni mucha exhibición falaz, dicen que el mejor disfraz es la transparencia, en fin.

Creo que llegó el inicio de un nuevo torneo, primera fecha, o al menos el momento de inicio del intento de apareamiento (y de descubrir si ese color es el natural, o si estaba equivocado).


(Los "infiltrados" son amigos de una amiga. No creo que ella se moleste, y si lo hace, piña. Si me deja ver la tele, al menos que me permita encenderla, ¿no?)

Una guía graciosa para sacar a bailar a alguien. La película peruana más premiada de todos los tiempos:



Venga, el tema y la presentación esta se ve recontra gay, pero la música no tiene género, y esto va algo acorde.