Sin él nomás, sino nada...

He tomado bastante, son casi la 1:00 am del sábado y luego de haber agotado la cerveza del local frente a la universidad, sigo a medio pie. Me faltará dinero, pero no me arrepiento, entre mis gastos está el sanguche que le compré a ese reciclador que le hizo un gran favor a un amigo mío, ya les contaré.


Será mejor que tome más agua, en la mañana tengo que hacer algo muy importante. Extrañamente, cuando tomo más de cuatro litros de cerveza, me entra insomnio, y hasta mi madre se quedó dormida.


Maldito celular que suena cuando no debe. No tengo excusa para no contestar, demonios. Es La Venezolana, más demonios, fácil está en Sargento, el ejercito infernal completo.


- Raulín, ¿cómo estás? FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!!
- Gracias!!!!! Pero mi cumpleaños ya pasó hace tiempo, no importa, recibo con gusto... ¿cómo andas?
- Bien oye, ¿vienes?
- ¿A dónde?
- Ale ha hecho una reuna y hay harto trago, estamos en San Isidro, por Vivanda.


Tal vez sea por mi complejo de culpa, pero siempre necesito una justificación para todo. Lo de la plata, difícil, ella no cree que sea justificación. No conozco más Vivandas que el de Mirapobres y el que hay por... carajo... San Isidro, por el límite con Lince, ahí donde dice La Venezolana. A ver, intentemos.


- No conozco ese Vivanda...
- Oye, Hernán me dice que sí conoces, que por aquí vive Juan y aparte, aquí está Adriana, Carlos, Lucía...


(Y otra gente de la que nada quiero saber)


¿Vamos por otra justificación? No, salen caras. Prefiero ser directo con esta niña, total, si se le hiere, podrá curar rapidito; total, sólo tiene 18 añitos, el triple de mis años sin salir campeón.


- ¿Va a estar Hansito (el rastafari) por ahí?
- Sí pues - me dijo, como algo inevitable -, él está aquí todavía, luego se irá a Dragón...


Resoplé en el teléfono, es su saldo, no el mío. Volví a resoplar, y entonces hablé.


- ¿Qué te dije de tu noviecito Hansito la otra vez?
- Aaaaaay, Raúl, ¡somos amigos!
- Igual, tú sabes que pasará en Dragón...
- ....
- ¿Verdad?
- Pero ya se va a ir con sus amigos...
- No quiero toparme con él, no me cae, tampoco quiero meterme en problemas - le dije, sin respirar, al hacerlo, le metí otro argumento -. Aparte, estoy cansado, tú sabes...
- Bueno, está bien, me tomaré el Vodka yo sola...
- Que te aproveche, cuídate, chau.
- Chau.


Sí, que le aproveche.


Me doy cuenta que soy medio chotero con ella, ¿y si estoy provocando el efecto inverso? Puta madre, pensé que sólo los chiguaguas se comportaban así. Por dios, no puede ser que me de más leche si voy agarro seguido a patadas a la vaca. Bueno, al menos experimento con esta situación, en la vida real el papel de chotero o el de pendejo no me sale, para nada...


Igual, debo dejar ese rol, al menos hasta que se deshaga de Hansito y la pandilla marihuana.


Como dice Pablito Ruiz, juro que ya no salgo esta noche. Adiós!