Historia de un extraño beso
(Miraflores, Lima, 30-Mar-2001, Malecón de la Reserva, más al sur de Larcomar, en ese parquecito silencioso y medio desconocido).
Con el recalentamiento global y el fenómeno del Niño de 1997, el clima de Lima no es el mismo. No entiendo la paciencia del sol para caer como un huevo frito sobre el pacífico, pero M-I la disfruta y simplemente eso, tal vez esa madurez más grande que la mía hace que sólo quiera disfrutar ciertas cosas como esta, sin tener que pretender entenderlas porque ya conoce la respuesta o sabe que no es necesaria.
- ¿Y si vamos después a Laritza? Me pregunta.
Me quedo callado unos segundos, como siempre pasa cuando estoy con la cabeza apoyada en su muslo derecho, echado sobre el murito que separa el parque del acantilado. Abro los ojos y respondo.
- Me captaste demasiado...
- ¿Qué capté?
Levanté un poco el polerón gris que tenía puesto, y luego el polo blanco, le di un beso en la barriga, al costado del ombligo.
- Mi intención de engordarte, luego glaciarte calata con salsa de aceituna y cocinarte al sol...
- Estás un poco besucón, ¿no?
Me encantaba el constante desafío de M-I hacia el acantilado. Le gustaba que nos sentemos en el lugar del muro más cercano a la quebrada, ya donde queda poquísimo espacio para al menos caminar tranquilamente, mirando siempre hacia el mar, siempre feliz en Marzo según ella porque es el mes en el que la humanidad deja de retarlo masivamente. A veces pienso que ella lo sabe todo, o tiene razones para todo, y no sé si ella no sabe sobre ellos o si lo sabe y se hace la que no sólo para tener momentos como este.
Marzo, en su final, es el mes más feliz del verano porque es el cénit, sólo por eso, y yo no sé porque siento que los cenits más inolvidables del verano son una amenaza para mí, aunque no sé como pueda desenvolverme en el invierno de San Miguel o el otoño de Jesús María, porque según ella, el único lugar donde existe el otoño en el Perú es el distrito donde vivo y por lo tanto, si le digo que se quede a dormir inclusive, no tendrá como decir que no.
Sacó su billetera para ver si tenía con que pagar el helado que quería tomar, yo estaba muy seguro de mi economía puesto que no uso billetera y mis monedas y billetes las llevo casi adheridas a mi piel. Se le cayeron unas monedas, hacia el lado del parque felizmente, no puede haber mejor suerte.
- Carajo, se me cayó la plata al jardín - dice y se levanta rápidamente -, creo que dos soles.
Me levanto lentamente, estirándome y con ganas de un cigarro porque ella se levantó antes de mí. No tuvo reparos y esta agachada buscando sus monedas, yo espero el momento de la variante, que diga que las encontró.
Me acerco, parece que no las encuentra, me aproximo a ver que pasa, si ocho ojos pueden buscar mejor que cuatro. Sólo cuando estoy casi pegado, cachete con cachete cubierto con un pantalón negro, pego mi cara y estiro mis labios decididos hasta su nalga izquierda, suave y con un poco de restos de muro de malecón encima, caliente eso sí por el largo rato de haber soportado su peso y el de mi cabeza y aún redonda a pesar de eso.
- Espera, aquí... OYEEEEE!!!!!
Volví a sentarme como si nada hubiera pasado, sólo sonrío de lado cuando ella me mira son la billetera en mano. Enciendo un Lucky, mientras sigo esperando a que regrese a mi lado.
- ¿Qué vas a hacer? ¿Acusarme con quién?
- Señora, por favor, dígale a su hijo que deje de besarme el poto en la calle como un loquito.
- Disculpa, lo vi en una pela de Woody Allen - le dije, mientras la abrazaba y la sentaba sobre mis piernas -, agradece que no te mordí.
Se rio y me devolvió las cortesías con un húmedo y sonoro beso en el cachete, de esos que parecen que quieren hacer alaraca de lo que se siente. Se rio más ruidosamente cuando se dio cuenta que un par de heladeros estaban carcajeándose solapadamente de lo que habían visto.
3 comentarios:
que linda historia jaja, me hizo reir a mi tambien, ya me imagino la imagen por dios! jaja y que hacian ahi esos heladeros sapos?!
a mi nunca me besaron la nalga izquierda y menos en la calle jajaja eso si que me dejaria helada jaja
buen post
ten un buen domingo :)
estaba sentada en la banca de un parque de miraflores mirando el mar en pleno noviembre no se como se llama [ no era el del amor]...... sentada a su lado , dijo mi nombre voltee a mirarlo y me beso , fue el beso mas tierno que habia recibido de el hasta ese momento que andabamos juntos, me senti feliz .......luego me dijo disculpame!.....la cague! volvio a decir. Lo odie y lo adore.
Extraño sus cosas se parecen a las mias .
Tu historia hizo un nudo en mi garganta........me encanto.
Pues yo creo que mejor un extraño beso que mil convencionales (existen?) nada como el factor sorpresa, es más rico cuando no te lo esperabas jaja.
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