domingo, 31 de agosto de 2008

Tradición telefónica

Post precedente de su relacionado aquí.








El gileo telefónico fue uno de esos terrenos en los que existían fantasmas antes de mi llegada. Horas pasaron antes de que me anime a marcar el 4, el último de los siete número de la ella de entonces. Mientras tanto, pensaba en estupideces, en lo infortunado que había sido al saltarme tantas sesiones de botella borracha, tantas fiestas de colegio por ver películas, en como me ayudarían mis amigos (¿Qué amigos? Ya estaba delirando; en comparación con mis amigos, mucho más me hubiera ayudado el capitán Kerosene). Mi delirio me llevaba a dimensiones cocacolescas:








Finalmente, pasó lo que se repitió miles de veces en los siguientes diez años:



- Ella no se encuentra, acaba de salir hace un ratito nomás...



O sus variantes, tales como:



- Acaba de salir con su enamorado.



- Está un poco delicada.



- Está ocupada, ahora no puede atenderte.



- Me dijo que ha salido (sic), te devolverá la llamada (sic).



Siempre fue algo para postergar mucho, considerando las atenuantes. En mi jato no existía un Wayne, sólo mis amigos, tampoco un Dan Lauria, sino mis padres, que entraban y salían de su cuarto, permanecían innecesariamente, o me apuraban cuando ya había dado los siete pasos o cometían la impertinencia de preguntar sobre la llamada.




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Lo mejor que me dejaron esos tenebrosos meses en esa intendencia del estado de la Av. Abancay, fueron las mujeres. Así como en mi última época escolar, al gusto de la variedad y de un paladar extravagante, con una variante: Muchísimas menos inquietudes respecto a soltar o no soltar, aún estando con o sin compromiso. Si quieren considerarlas como "calzón liviano", están en su derecho, sino fuera por...



Libre de cualquier compromiso amoroso y amoral, y ya libre de mi compromiso de abstinencia resuelto, me topé con una sorpresa en mi santoral: El cumpleaños de Z. Justo una semana después de ese día, Z, definitivamente quien mejor me caía y, como no, quien mejor "encajaría en el colchón". Nunca lo dije en voz alta en la oficina por diversos motivos, entre ellos la diferencia de edades, el hecho de ser una mujer harto polémica: El 50% de hombres también la consideraban un partidazo, a los otros les disgustaba por otros motivos, tales como su gordura, el hecho de ser madre soltera hace unos tres años, o por la nimiedad de ser "compañera de trabajo" (que gays, otro prejuicio del mercado).



Z, Z, Z, deliciosa Z, hace tiempo no hablo con ella, y que bien que nos la pasábamos en la oficina. Fue una injusta víctima del olvido, debo reconocer, tal vez sea momento de resarcirla ayudándola a adelgazar con la dieta K. Es momento de acudir a la agenda mágica, esa misma que se ha llenado un poquito de polvo en su lugar de siempre: Lejos del teléfono principal de la casa.



El marcado es como el arranque de un automóvil mecánico: Al comienzo hay que soltar embrague despacio, pues de lo contrario, en el extremo del impulso, la comunicación puede abortarse rápidamente con una colgada sonora. Los cuatro primeros números hay que marcarlos despacio y en el momento de la confianza, acelerar, poner segundo y...



RR: Buenas tardes, ¿se encuentra Z?


Z: ¿RR?



RR: El mismo que canta y baila con su pañuelo, mujer, ¿qué es de tu vida?



Z: Ahí pues, en la chamba bien, aunque aquí en la casa todo un poquito movido y tú sabes pues, con Gabrielito... (el resto es el monólogo de una madre soltera aún viviente en casa familiar con otras tres hermanas, ya se imaginarán, me da flojera tipearlo todo).



RR: Ah, sí, por lo que me contaste, yo también pensaba que era algo fijo, son casualidades... ¿y qué tal pasaste tu cumpleaños? Llamé para saludarte, pero no estaba activo tu celular...



Z: Ay, muy lindo, me llevaron la tortita a la oficina, salimos a comer. Ya después, Roger me llevó a comer...



RR: ¿Roger? ¿Roger Castro?



Z: Sí, el mismo, ¿te acuerdas de él?



RR: Sí, sí, sí, ("Sí" = 1,2,3,4,5,6,7... que pase la molestia). Es un muy buen sujeto, muy noble (bien ahí con el machete de doble filo, Raulín Raulón), lo tengo en mucha consideración... ¿y hace cuánto...?



Z: No mucho, osea, en verdad no es algo muy antiguo ni muy avanzado, pero se pasa bien el tiempo con él... ¿y tú? ¿No pasó nada con Sol?



RR: No, ni después de J. Casi perdí el contacto con ella desde que me fui a trabajar al estudio...



Lo que siguió fue una conversación semi intrascendete sobre nuestras vidas laborales, algo conocido desde la última vez que hablamos: Sin novedad en el frente. ¿Ustedes ven que, a veces, cuando pasan los créditos finales de alguna serie, esa pantalla se reduce a la mitad para dar paso a algún anuncio o a los avances del noticiero en la otra mitad? Algo así pasa en mi mente: Roger, no jodan pues, Roger, puta madre, quien me serrucha... ¿o Z tiene el síndrome de las gordas?



Es hora de cambiar a tercera, y si es posible, subir a cuarta.



RR: Oye, un día de estos hay que ir por ahí a tomar algo...



Z: ¿Tienes tiempo esta semana?



RR: Difícil, fácil la próxima, un sábado, ¿te parece?



Será que quiero pisar el acelerdor con Z. Es la neurosis del hombre que conduce, del futbolista: Cuando le quitan la pelota (sin alusiones personales) o lo adelantan, busca quitársela a su marcador, o busca ganarle el paso a ese advenedizo, aunque sea una combi. Como que ese hecho aumenta más mi fijación sexual por Z y sus rollos, ¿cómo demonios puede fijarse en un ser como... Roger? Vaya, ese complejo es bastante feo, pero será mejor calmarse: Z jamás habló de algún campeón, así que puede que sigamos (si alguna vez estuvimos) en carrera.



La relación es reciente, fresca, impóluta aún en cuanto a peleas o desgaste. Y bueno, en realidad, no quiero algo demasiado comprometedor. Eso es lo bueno de Z, parece que no quiere nada comprometedor, ni con RR ni Roger...



Debo confesar: Pensaba llamarla mucho antes, hacía una semana más o menos. Justicia que tarda, no es justicia. Goles que no haces, goles que te hacen.



A la mierda con el embrague, mejor un autmático, pisar sin roche nomás.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Si ya sabemos que la flaca en cuestión no quiere nada serio, creo que podemos hacer una buena jugada de contragolpe aprovechando que el enemigo cree estar jugando de local. Así que al primer centro que te ponga la dama, no dudes, ni aun cuando creas estar en posición adelantada. No puedes perder inmejorable ocasión para hacer un golazo (aquí debes evitar ver los goles fallados por el Malingas Jimenez).

Maria Vanessa dijo...

Y no voy a saber, que miles de veces he dicho: Si llama tal, dile que estoy durmiendo o por ultimo si ya me caia muy mal, que me habia dado paralisis cerebral =)

Yo opino que sigas lo q dice Alexis, aunque la verdad yo de estas cosas no se, es mas, que demonios es dieta K? Ay lo siento, pero ya sabes que a veces yo no se nada de nada =)

Frankie dijo...

Una vez nomás gilee por telefono.
Era un celular.
Me contestó un pata y colgué.
De ahí, ni más.

pd. por cierto, tienes un premio para ti en mi blog =)

Anónimo dijo...

Alexis: Nada que ver, mi estimado. Mi delantero es Juan Carlos Letelier, espero que lo recuerdes.

MaiaVane: Pobre chico, y es que también es digna de compasión dicha ignorancia, más todavía si tus padres sintieron pena por el pobre...

La dieta K tiene que ver con KAS.

Frankie: Celular, difícil. yo la hago sobretodo con teléfono fijo.

Como te digo, es un clásico, hace más de diez años estoy en ello.

Anónimo dijo...

El pato Letelier!!! Como no lo voy a recordar si fue figura de la U en los 90's. Somos Oriente!

P dijo...

la dieta k? esa cuál es?

Vitalnn dijo...

jejejeejjeje.

Con lo que me gusta a mi el futbol!!!

Melisa Marin dijo...

Mejor ke el gileo telefonico,son las pasadas con el solo proposito de escuchar la voz de el susodicho (a),