lunes, 18 de agosto de 2008

El día menos esperado




(Tributo a mi adolescencia, con uno de mis programas favoritos de Infinito y hoy, aún vigente en TVN Chile: El día menos pensado)




Desde que me di cuenta que volver a ser campeón limpiamente, sin tener que valerme de estrategias de pobres diablos y de una compulsiva tendencia a la mentira, sería más difícil para mí incluso de lo que fue ser campeón de torneos cortos por primera vez (a comienzos de nuestra era), hubo un día designado para el antes y el después de la historia.




Es cierto que todos, durante casi todo un recorrido, queremos llegar al final, y cuando llegamos, vamos más despacio, como si hubiésemos agarrado afecto al camino. Ese no es precisamente mi caso.




Como los más atentos lectores de este blog y/o la gente que me conoce sabe, mi vida universitaria está a punto de acabar. Algo tarde, y si no está finiquitada es porque aún estoy sin chamba, lo único que tengo son camaradas imbéciles que preguntan "¿Y has buscado?" o "¿Has visto en la bolsa de trabajo?", siendo la respuesta obvia. Finalizarla me alegraría, harto, pero no así... no con graduación... pero sobretodo NO CON FIESTA DE PROMO...






¿Por qué justo ahora? ¿Por qué me atormenta tanto la llegada de esta notificación? Son varios motivos, que parten de uno esencial que aún no he narrado del todo.



I) Motivo principal: El Plan V.



Como parte de la reestructuración, y para continuar con el mismo éxito de la primera mitad de año, hemos tomado muchas decisiones como parte del plan ya mencionado.



Los efectos de estos y otros ejercicios continuos serían evidentes recién a partir del verano del 2009.



II) Como verdad de perogrullo, debo decir que sin chamba, no hay productividad, y sin productividad no hay dinero, por un lado; por otro, la ceremonia y la fiesta CUESTAN y no poco, sobretodo si es que soy yo el que invita a la fiesta, como todo muchacho tradicional, chapado a la antigua y al que le gusta hacer gala de su poder adquisitivo.



Hay que ir pagando ya y... NO HAY DE DONDE. Voy a tener que volver al Óvalo Gutiérrez para vender mis prendas L y XL si es que la situación no mejora.



III) Seamos honestos, como de costumbre: Sí tengo cierta gana de ir a la fiesta de promoción, tengo cierta gana de pasar un último momento con mis buenos amigos como compañeros universitarios, tengo buenos antecedentes de fiestas anteriores. No tomaré la clásica postura de "No, no me gusta la ceremonia, no me interesa", creo que la adultez ya no admite esas uvas ácidas.



La necesidad de llevar con tranquilidad el Plan V, sin apuro ni escaramusa, se ve perturbada con la inminente llegada de esta fecha y las aún más cercanas fechas de tomas de decisiones. Por ejemplo, ya en Agosto hay que decidir sobre algo que tendrá lugar en Diciembre, a casi cuatro meses de inseguridad, posibles arrepentimientos, sucesos inesperados, en fin, "cosas que pasan POR ALGO" (guarda ahí, Alexis).



A diferencia de la fiesta de promo del colegio, en esta todo, absolutamente todo, debe no sólo salir bien, sino que debe estar en mis manos, bajo mi control, aparte de tratarse de un momento definitivo: Es la última graduación-promo que posiblemente tenga; no sé si el Brit hará lo mismo que el ICPNA al respecto, pero eso no cuenta como fiesta de ese tipo. Por ejemplo, no debe pasar eso de encontrarse en un punto neutral con la pareja (cosa que le pasó a un amigo, con lo que comenzó el camino a su perdición) y que los lleve el viejo de ella (cosa que pasó a mis 16).



Soy el hombre de la pareja, tengo que tomar las riendas de la organización de our very own private prom, y hacer que salga de la puta madre, como para confirmar el hecho de que la vida universitaria será mucho mejor que la escolar. Por lo tanto, seleccionar lo mejor y, también importante, CONSEGUIR UN CARRO y antes el brevete y la pericia para conducir por Lima en una noche cálida de Diciembre; claro está, también un equipo de sonido espectacular y la mejor música para el camino.



IV) Como dije, no es un evento magno y definitivo, pero tampoco es cualquier cosa. Por lo tanto, no puedo ir con cualquier persona.



Al igual que en mi fiesta de cole, necesito alguien muy muy muy significativo. Ese día, ella, N, lo fue; nuestra amistad siempre fue una pantalla que escondía una latente atracción que, sin embargo, era superada por nuestras apasionadas relaciones, cada quien con otras personas (al menos supongo eso de ella con Lucho, yo estaba seguro con M-1).



Digamos que en ese lejano año de inicios de nuestra era, todo salió bien, aunque "pudo salir" "mejor". Es un precedente favorable, al menos para mí.



¿Cómo fue? Ese es tema de otro post. Sólo diré que ahora es diferente, aparte del brevete y la pericia, también necesitaré alma, corazón y vida, para bailarla junto a tí (Sí, Raulín, ¿junto a quién?).



V) Demonios, no quiero emparejarme, no quiero anudarme a las caderas de nadie, no quiero camuflarme en las comisuras de ninguna mujer. En suma, no estamos a ritmo de competencia para campeonar.



Como dije, la pareja es una especie de Special K, Significant Other, Calda Come Sposa. Si yo busco a alguien significativo, puede que esté nadando en aguas infestadas de tiburones. Si yo comienzo a sangrar un poco, puedo morir, cuanto menos.



Definitivamente, el Plan V podría irse al carajo.



En fin, es momento de deliberar, mientras pareciera que nos acercamos a otro período sísmico.

7 comentarios:

EmPapeLada dijo...

Opinión personal de Txanita: Creo que te me estás psicoseando mucho con este asuntillo de la fiesta de promo, con tanta estratagema y planificación meticulosa... No sé, como digo, la opinión personal es siempre estar alerta (con espontaneidad), pero eso no quiere decir que le vas a robar el vestuario al tío Truquini, que tiene instrumentos hasta para rascarse los dedos del pie...

Todo con calma, Raulín...

Saludos!!!

FabuMona dijo...

Pasé a saludarte y agradecer los comments que dejaste en mi blog ... y me encontré con mi pasado.
No fuí a la fiesta de prom del cole (hace un millón de años!) por posturas anti-sistema que ahora no sólo me ca... de risa, si no que me dejan con un espacio sin rellenar. A la de la universidad tampoco fuí (¿será porque no terminé la carrera?) y ahora pienso que me hubiera gustado ir al menos a una de ellas, ¿snif!?
No sé si haya sido la intención, pero me divertí con tus tribulaciones... ;?)
Besos!

Anónimo dijo...

Txana: Sí, puede que sea algo sobrevalorado.

En verdad, tengo que robarme el vestuario de Truquini, puesto que ahora todo depende de mí.

Fabumona: Que bueno que ya no me preguntes sobre ese trago.

Posturas antisistema, eso me suena a Guns N Roses en secundaria. Vamos, lo de la carrera sí se puede arreglar y te ahorrarás muchos problemas.

Eso me hace pensar que eso del summun de la superficialidad es puro cuento.

Anónimo dijo...

Sí pues. La fiesta de graduación de la universidad es tooooooooooooda una vaina. Aunque yo conseguí mi ternito JH con apenas una semana de anticipación y eso que, como ya lo mencioné, pesaba como diez kilos más. Y mi pareja fue mi enamorada -y lo fue hasta hace poco-. Pero lo más alucinante es que casi no voy a la fiesta porque ese día mi hermano fue operado de apendicitis. Cosas que pasan...

En resumen, tranquilidad maestro. La fiesta de graduación es chévere, no habría razón para perdérsela, ni siquiera por no tener brevete ni pericia ni equipo de sonido. Entiendo que el detalle está en conseguir pareja, sin que ello implique mayores compromisos que un sábado por la noche, pero no creo que tengas la suerte de Kevin Arnold.

Hablamos!

(A la franca, a la franca... me jode que las cosas pasen por algo)

Unknown dijo...

uy esas fiestas jajaja

bso!

Anónimo dijo...

Alexis: No confíes así nomás en esa frase de mierda.

Para mí, creeme, no es una noche cualquiera. Pero bueno, a diferencia de otros comentaristas, tomaré en consideración lo que dices.

Anónimo dijo...

De hecho que no es una fiesta cualquiera, pero no hay que caer en la desesperación.