domingo, 17 de agosto de 2008

Toca madera, cruza los dedos...


Gonsalo con "S", el chamán de Chama.


(Advertencia: Este post contiene fragmentos con alusiones fácilmente identificables con racismo, sexismo u homofobia. Pido apartarse un poco de posturas demasiado moralistas, pero también solicito manifestación si alguna afecta seriamente o es ofensiva)



Cuando vas envejeciendo, hay cosas que a uno se le hace más fácil admitir, pero más difícil asumir.



Una de esas es la superstición. ¿Por qué difícil? Pues, porque hay un momento en la vida, supuestamente en el que estoy yo, en que uno necesariamente tiene las riendas de su vida, aparentemente. Todo lo que haga, en teoría, depende de uno mismo y no de aproximaciones o influencias de cualquier entidad ultraterrena. Por eso, me es muy difícil interiorizar el hecho de que me interesen ciertas cosas, mejor dicho, me piquen de curiosidad y a veces, hasta me atormenten.





Esto volvió a mi cerebro al percibir la cobertura (frívola, pero existente al fin, gracias TV peruana) que se le da a esta señora de 93 años que acompaña fielmente a Fujimori en su juicio, como una especie de amuleto y lanza maldiciones. No es que sea fujimorista ni mucho menos, sino que esto me hizo pensar en la normalidad de cierta tendencia mía hacia la superstición y la de, vanidad aparte, otros notorios hombres de la política peruana, aunque suene chicha ("gran política" con "peruana", suena a arroz con chirimoya).




Salvando ciertas distancias, puedo presentar otros ejemplos.




Coty Zapata anunció hace poco su ya conocida relación profesional con el finado ex alcalde de Lima, Alfonso Barrantes Lingán; en el mismo reportaje en el que se ventilaba la historia de una pitonisa boliviana que ayudó a Fujimori y Vladimiro a saber quienes querían exterminarlos. Volviendo hacia linderos más honrosos, no puedo obviar lo mencionado en ese interesante relato de Llámalo amor, si quieres de Toño Angulo, acerca de Víctor Raúl Haya De la Torre.







Los acercamientos del histórico líder aprista, al igual que los de Barrantes, trascendieron el materialismo en el que se basaba su discurso político, muy pronunciadamente. Justamente, se decía que solía encomendarse a la protección del alma de un antiguo compañero muerto en Chan-Chan cada vez que se encontraba en problemas, así como escoger sus colores de acuerdo a la posición de los astros, la elección de ciertas palabras (como por ejemplo, la indeleble frase aprista "Arriba los corazones") y las predicciones correspondientes a su signo zodiacal. El libro tiene excelente contenido adicional.






Para matizar, "Toca Madera" con Serrat. Maestro, imperdible.



Bien, en comparación con los personajes mencionados, ¿qué de supersticioso tiene este humilde escribiente? Confrontémoslo sinceramente.




1) Zodiaco: Mi amiga-colega-consejera-personal-profesional-madrina-de-uno-de-mis-posibles-vástagos le achuntó, soy Tauro con fuerte ascendente Cáncer, lo que hace calzar mi extremo materialismo con mi casi excesivo y (tal vez) sobreactuado sentimentalismo. Las características calzan, y no les incluyo un link hacia algún horoscopo específico, elijan el de su preferencia para comparar.







También ciertas compatibilidades son ciertas. Libra y Escorpio son para mí signos imperdibles, al igual que Cáncer, con un lugar preferencial en mi vida en el pasado, presente y futuro. No hay reticencias con otros signos, excepto para... SAGITARIO. Pequeño detalle: Mi aparatoso paso con las sagitarianas de Diciembre, Limón, AQSSMA, entre otras, en contratse con lo armonioso de mi vida con las de Noviembre. J se quedó al medio: 30-Nov, en la inercia, el vacío que hoy habita.







En suma, se trata de creencia basada en estadísticas, vivencias. Cero prejuicio.







2) Cartomancia: La misma persona me leyó las cartas un par de veces, y es en la única que confiaría. Es un poco difícil esto de la lectura de una persona amiga, según ella misma me dice, pero el hecho de que lo haga de forma tan diligente me permitió confiarle esa labor.














Aún no he probado, entre otras cosas que sí despiertan mi interés, la lectura de coca, por ejemplo. También tengo señales inequívocas y cosas a las que nunca le entraría.










- Baño de florecimiento: El macho peruano que llevo dentro, me hace identificar inevitablemente los baños de florecimiento con algo de afeminamiento. No tanto como lo de la ropa interior amarilla (esa no la hago ni cagando, odio el amarillo patito), pero igual, todo tiene un límite.














- ¿Amarre? Pues por un par de añitos. En realidad, en ese caso lo más difícil sería interesarse en alguna mujer que se haga la complicada para dejarte como regalo las bragas que dejó caer al pie de la cama (hay gente tan pero tan difícil con eso, luego dicen que uno es el laberinto). No sé, soy posesivo, pero no tanto.







De todos modos, eso también me parece bien chicha, bien Laura en América, que fea huevada.













- ¿Hacerle algún daño a otra persona? Difícil, prefiero la venganza en esta dimensión. Eso sí, el sujeto pasivo del acto (osea, a quien se dirige) me parece de configuración similar al del sexo: Mujer, ya bueno, puede darse el caso; ¿brujería a otro hombre por, por ejemplo, venganza? Ni de vainas, esa sí es una mariconada de campeonato: Los hombres resolvemos nuestros problemas en el tribunal o juzgado, en saco y corbata, y en cualquier espacio abierto, a mano desnuda, sin saco ni corbata.













- ¿Dos perros machos copulando?: Aviso, significa alejarse, mi principal señal de mala suerte. Cuando me topaba con esa estrafalaria imagen animal antes de encontrarme con una mujer, comenzaban cosas que bien podrían calificar como la peor salida de mi vida. Sólo desde Dic-2006 puse un límite a esa situación, inventando excusas razonables y que no sonaran a "de poder, puedo, pero, ¿sabes? No quiero".













- Una mujer negra laciada (evitando connotaciones racistas y sexistas, nunca he visto a un negro laciado): Símbolo personal de falsedad o estafa. Si bien es cierto que nunca vi a alguien con el liso de James Brown, los intentos de laciado (peor aún, con rayitos) se me hacen un intento de falseo que me pone en alerta: Hay algo aquí no estará acorde con la verdad, ir con los ojos abiertos.













En fin, ese fue mi recuento básico sobre la superstición. Por lo demás, no tengo roche en pasar bajo una escalera, con los martes 13 tampoco pero sí con los domingo 7 (aunque dudaré mucho de alguien me busque con menos de cuatro meses de embarazo) y en cuanto a los gatos negros... los adoro: Los gatos me parecen la compañía animal ideal (no joden, y cuando saben que pueden joder, se largan a vivir su vida) y toda su leyenda negra, no hizo más que acrecentar mi interés en esos felinos.





7 comentarios:

Angela Espinoza Hermoza dijo...

Una mujer negra laciada??? No me había puesto a pensar en lo extraño y al mismo tiempo común que se ha vuelto!!!

por otro lado...

K TIENES CONTRA LAS SAGITARIANAS!!!???? jajaja, pobre, no estás preparado para una mujer nacida entre noviembre y diciembre bajo la influencia directa del planeta jupiter y no sé que más rollos

Nunca había pensado en la incompatibilidad por signo, pero eso quizá pueda explicar algunas cosas... voy a revisar cumples, jeje
Saludos,
Angela

Silvani Reyes-Vassallo dijo...

a veces un toke de supesrsticion te hace ver las cosas de un lado positivo porque te predispones a que todo vaya bien despues del ritual... de todas maneras creo que todo depende del poder de la mente.. creo que esa es la mas razonable supersticion..

saludos!

=)

SomeDevil dijo...

Y pensar que hay hombres que no aceptan ser supersticiosos.
Los dias 13 son mis favoritos , es mas hasta son de buena suerte no importa si cae martes o viernes, me cae bien Jason asi que no le tengo miedo.
Cuando compro mi Comercio los sabados lo primero que hago es coger la Somos voy directo a la ultima pagina y leo el horoscopo.
Ah! los gatos negros son lindos, cuando me cruzo con uno se que sera un buen dia o_O

Besos!!!

Anónimo dijo...

Angela: No tengo nada en contra de ellas, me parecen hermosas, pero el problema... SON ELLAS. No están preparadas para un hombre nacido a medidados de Mayo, especialmente las de Diciembre.

En fin, la superstición es también un precedente, y como tal, puede variar con razón debidamente justificada.

Silvana: Positivo o negativo, es un problemón lo que mencionas: Terminas sugestionándote un poco, y creyendo demasiado en ciertas estadísticas.

Lilith: Mira tú, sí que le diste la contraria a toda la cábala.

Es cierto, olvidé mencionar el Pakatnamú, yo algo infiel últimamente a Ghiis, pero solía ser verosímil.

Anónimo dijo...

Yo no creo en las supersticiones. Más bien me rayo con esto: "las cosas pasan por algo". Cuando me lo dicen entro en pánico. ¿Qué es ese algo? ¿Por qué tiene que pasar?

EmPapeLada dijo...

El martes 13!!! Bravo Raulín!! Ud, no se meta con ese hermoso día (xq yo nací un martes 13 ^^) y respetaré el resto de sus supersticiones...aunque, no negaré, le tengo pavor a pasar por debajo de las escaleras...

Qué bueno esto que mencionas, de las relaciones de ciertas autoridades políticas con las cuestiones esotéricas...una vez un chico gay nos leyó la mano a mí y a mis amigas en la Alameda Chabuca Granda...no querrás saber lo que nos dijo a c/u, jajajaja....

Baños de florecimiento? No sé, como dices tú...me parece algo huachafex para mi gusto.

(Y soy recontra escéptica en cuanto a lo de los signos...me tienen sin cuidado...ni siquiera el mochica que sale en Somos)

Saludos!!

Anónimo dijo...

Alexis: Eso de "todo pasa por algo" es para justificar una posible perrada que te harán.

Mucho ojo con eso, mi estimado.

Euskadicta: No sé, yo desconfiaría de aquel, así como de los baños de florecimiento.

A diferencia de lo llamado "sobrenatural", la mayoría de las superticiones sí me las paso por las gónadas.