Profilaxis

Tengo tres días para recuperarme de esto...


Tres días, sí. Desaparecer de mi sistema esto a punta de agua caliente, dormir con casaca y parar con medias de leñador, hasta arriba, casi tragándose el pantalón.



Ya tuve veintantos años de fumador, sedentario, mal alimentado consumidor de dulces, bebedor mal encaminado. Ya tuve mi sábado de chela helada y miren como estoy ahora, demasiados cigarros también, mucho frío e insuficiente abrigo.



El jueves voy a verla de nuevo, sí, a J, y hay que sacar lo mejor del catálogo. Obviamente, dejar de lado los gargajos, las carrasperas, los moqueos, etc., que para eso está la oficina y la casa; quitarme toda la ropa llena de sudor, olor a enfermo y camisas de oficinista, volver a mi querida casaca, mi estimada camisa y posiblemente, una de las casas rojiza de Barranco, lo siento cuadra seis de la Av. Grau, pero ya es momento de mostrar la de la Av. San Martín.



Necesito una bufanda potente, la casaca y por supuesto, mi ropa interior larga, posiblemente enteriza. ¿KAS? No KAS, gracias, esto es serio, es vespertino, y las cosas ciertas y sinceras nacen y crecen a la luz del sol; aparte, hace mucho frío para quitarse cualquier prenda o sentarse sobre ciertos lugares. Me divierten estas prendas anticuadas pero muy útiles, me encantan las mujeres en invierno más que en verano, prefiero ver mil veces a alguna disfrazada de esquimal que en bikini, tal vez porque me encanta desenvolver.



Tengo tres días y ese es objetivo puntal, el miércoles en la noche terminaré todo con una de esas caspiroletas fatales para las bacterias. El jueves estaré en el mejor de mis estados. ¿Después?



Despues, tengo toda una vida, o al menos algo que dure más o menos lo mismo, para ella. Tengo varios días para dejar de fumar y dejar de pensar en el cáncer o seguir poniendo en riesgo esta integridad física. ¿Colesterol? ¿Trigliceridos? ¡Qué matapasiones puede ser un infarto! Por lo menos yo lo creo así, por lo que tengo mucho tiempo para dejar las galletas, los cuates y esas huevadas que suelo comer en la oficina para no aburrirme tanto, cambiarlos por manzanas verdes (porque rojo no come rojo) o pedacitos de zanahoria, para verla mejor de paso.



¿Sobrepeso? Cada vez menos, pero hay que erradicar la gordura brocrática con sesiones inclementes de carrera, evitar diabetes, pesas, eliminar cualquier posibilidad de hernias, sudar cuanto más se pueda. No hay que ser perfecto, sólo hay que tener una vida sana para compartir...



No admitiré nada sino hasta el final, el resto lo dejo al arbitrio de los lectores.


Piensen lo que deseen, yo tengo la vida por delante.







PD: Por cierto, también quiero salvarme de esos horripilantes males de la próstata.