sábado, 21 de julio de 2007

Enfrentar los problemas




4:00 p.m.: Puta madre, si no fuera porque desde aquí hasta mi casa cobran un sol de todas meneras, me bajaría. La plaza Manco Capac no me molesta, y creo que no me sentiría tan prisionero o al menos no visualizaría a Manco Capac señalándome. ¿Por qué me da vueltas la cabeza? ¿Por qué justo hoy, mi cráneo está tan sensible al viento? Castigo por roñoso: debí tomar taxi como los días anteriores. Es cosa de aguantar, ni cagando pago más de ochenta céntimos hasta mi casa.



4:20 p.m.: ¿Almuerzo? No, gracias. Sigo enfermo y yo no sé porqué estoy pensando lo contrario, me gira todo y no puedo evitarlo, tampoco tengo hambre y supongo que es algo grave inhibirme las ganas de comer. Será mejor que me recueste, con algo caliente en la taza. Justo hoy, justo el día de hoy, condenada oficina.



5:15 p.m.: Tengo menos de una hora para decidir. Utilizaría los céntimos de saldo que tengo en el celular para disculparme, que tuve una recaída y que pongo en riesgo la salud pública. Tengo el teléfono acá, la llamo y le digo que estoy realmente hasta las caiguas, pero que sería muy chévere que viniera, le rpeguntaría si alguna vez ha visto Ensayo de un crimen o Tesis... hasta las huevas, no creo que de buenas a primeras quisiese venir a no pasarla certeramente bien, a ver pelas que yo ya he visto y que, creo, ya toooooooodo el mundo vio (Tesis, creo que hasta el club de fans en Eisha de La Naranja Mecánica la ha visto). Puta madre, son casi tres semanas, y después, ¿qué tal si algún otro impedimento surge?



5:30 p.m.: Siento un mordiscón en la oreja izquierda, cuando volteo a ver que cosa era, sólo vi una larga cola roja escapando, mientras oigo el eco del susurro: "Enfrenta tus debilidades, da la cara a tus problemas", "Enfrenta tus debilidades, da la cara a tus problemas", "Enfrenta tus debilidades, da la cara a tus problemas"... A mí siempre me ha llegado al pincho que me cancelen con minutos de anticipación, ¿cómo quedo yo si lo hago? ¡Pues como un gran imbécil! Aparte, son TRES SEMANAS, yo no quiero cualquier cosa con J aunque aún no lo quiera admitir, pero con ese régimen de visitas es insostenible cualquier deseo, cualquier ánimo de pensar en algo sólido.



He esperado todo este día un mensaje de ella diciéndome "RR perdóname, no puedo hoy, bla, bla, bla..." (si desean, incluyan esa mierda del "besito" insignificante), pero no, me llegaron como cinco mensajes, dos de publicidad y tres de otras personas. Hoy hay brillo solar, aún así tengo mis guantes, mi chalina y hasta mi pasamontañas (por lo demás, me veo como un dandy), pues para mí no por mucho sol que salga hace calor, pero de todas maneras hay quien dice que en Lima, el sol se asoma para ver a un campeón. No soy muy amigo del sol o del verano, pero voy a darle una performance increíble y por último, la camiseta roja se tiene que sangrar, todos los problemas tienen solución y esos amaneramientos innecesarios.



Eso sí, voy allá en taxi, un viajecito en esas carrocerías Moraveco realmente no lo podré aguantar.



5:40 p.m.: Rezagos de bulimia en el baño, aún así soy despiadado con los anoréxicos en mis stand up y con su hunger chic. Es cosa de mirar a los ojos, tenemos los mismos ojos, el cabello medio de hospitalizado (bueno, hasta donde sé, nunca he sido hospitalizado), pero sigo siendo yo dispuesto a dar la cara a ese viento frío y eso hago, voy a buscar un cajero y una tarjeta Claro. Un besito a mi celular, Nokia, dos vidas conectándome a la vida.



5:45 p.m. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------







00:50 p.m. del viernes: Como siempre, J y yo nos hemos pasado de la hora. Pienso en como le conté de esa deliberación antes de llegar y de como no le dije que el quid del asunto era no defraudarla, pues una de las cosas que hay que ganar de a pocos, jornada a jornada, es la confianza. Ahora que lo pienso y con esta porción tan "grande" de confianza ya ganada, pienso que ni con un chucaque dejaba que me detuviera algo hoy día. Me dijo que hubiese comprendido, pero eso para mí no es suficiente: Habemos quienes no nos conformamos con disculpas ni comprensiones.



Ya en la puerta de mi casa, me doy cuenta que no sufrí ningún estrago, ni siquiera tuve que ponerme el (nada sexy) pasamontañas. Era cosa de enfrentar mis dolores y caminar, dar y sacrificar, invertir, ¿cómo podría pedir que alguien arriesgue en mí, si yo no puedo hacerlo? Ya estoy muy viejo como para no poder, de todos modos, y ya he pasado por predicamentos similares, aunque el miedo es tan variable que es una de las pocas cosas que la experiencia no puede ayudar a enfrentar todas las veces.



Fuera de todo, la he pasado bien, mejor que en otras ocasiones y de yapa ya sé cuando y a que hora tendremos Pascuale Hermanos para nosotros solos. Es más, hasta comí algo, parece que alguien tiene el don...



Hasta aquí. A partir de este momento, ejerzo mi derecho a no declarar.


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