sábado, 20 de octubre de 2007

Táctica y Estrategia: Los primeros cuatro días

Mi táctica es mirarte/ aprender como sos/ quererte como sos.
(Cumplido)


Mi táctica es hablarte/ y escucharte/ construir con palabras un puente indestructible/
(Cumplido)


Mi táctica es quedarme en tu recuerdo/ no sé cómo ni sé con qué pretexto/ pero quedarme en vos.
(Mal que bien, yastá, cumplido)


Mi táctica es ser franco/ y saber que sos franca/ y que no nos vendamos simulacros/ para que entre los dos no haya telón ni abismos.
(Los primero que se cumplió)


Mi estrategia es en cambio/ más profunda y más simple/ mi estrategia es que un día cualquiera/no sé cómo/ ni sé con qué pretexto/ por fin me necesites... (PENDIENTE)



Mario Benedetti - Táctica y estrategia.




Lo repitió Enrique Bardales en su análisis del Derecho y Literatura, también Jorge Bravo Cucci: La táctica y la estrategia lo son todo. Y creo que de ellos he aprendido mucho...



Desde inicios de mes, he desaparecido de la vida de J. ¿Razones? Terapeúticas, así como lo leen; no es que haya vuelto a las andadas con el Zoloft o huevadas por el estilo ni nada similar. Desde la fecha de un olvidable fracaso académico y el comienzo de una etapa tormentosa en la oficina que creo sólo acabará al finalizar mi contrato, he sentido una debilidad tremenda que me llevó a un estado de sitio personal, en el que realmente sentí que J no sería suficiente, o que simplemente no sería la solución, ni siquiera la mano sobre mi hombro por la que no debería pedir. Por ello, decidí alejarme de ella, quería saber si yo también podía ser aquella mano que mencioné.



El proceso es, en verdad, difícil, sobretodo en aquellos momentos que uno necesita más de aquel alfajor de sabor especial a sauco. Sin embargo, había otra razón, más de una, que posibilitaban que aquel fragmento de Benedetti esté aún sin cursivas en mi pizarra. Aún no había cumplido, y J había escrito por mail uno de esos confusos mails, salpicados de no se qué, no sé cuanto, estima, cierto interés, cariño o amor a pizcas por miedo al exceso, sonrisas y sus dedos delgaditos...





Día 1 (Martes 2-Oct):





Después de la dura y a veces penosa clase de Impuesto a la Renta (Tributario es una de mis especialidades, pero a veces simplemente se me escapa la tortuga del caparazón), de aquella frustrante entrevista y de otro día de trabajo que simplemente odio, era necesario establecer los hechos. Había recibido otro de esos correos de J, esos que bien podrían valer como una llamada de no ser por la confusión de sus letras, su excesiva solmenidad y profesionalismo que hacen las veces del pellejito en el pollo a la brasa: Es de lo que más me gusta pero, definitivamente, lo que menos bien podría hacerme, más aún cuando tenía tantas ganas de expresar debilidad en un regazo del cual no me sentía seguro aquel día.





Obviamente, no iba a responderle inmediatamente, ni mañana. Una de las primeras cosas que aprendí con respecto a la comunicación con mujeres es que nunca jamás hay que responder en una, salvo que sea con la enamorada, con la que hay que jugar en pared. No era lo que necesitaba, pero parte de mi táctica (demasiado) especulativa era disimular ciertos atisbos de interés, aún cuando mi primer síntoma del período de abstinencia se me presente esa misma noche, en forma de insomnio, necesidad de hacer algo y fumar a las dos de la mañana.





Día 2 (Miércoles 3-Oct):





No hay mejor forma de terminar un día de mierda que yendo a dormir temprano, cansado, no tener otra prioridad, olvidar que la humanidad existió ante mis sentidos en las últimas 96 horas.





No me agradan esas presentaciones en vivo de comienzos de los 80 y debo admitir que el cantante parece un anticipo de Locomía, pero la canción es de la puta madre.











Día 3 (Jueves 4-Oct):





Nuevamente un día de mucha presión laboral, de mucho estrés estudiantil. Presión de porquería, era el precio que debía pagar por demostrar que soy el mejor en lo que hago, haga lo que haga, justo castigo por mis años de desidia y ausentismo espiritual, indecisión que me llevó a esta búsqueda de senderos.





No hay lugar donde uno pueda sentir más soledad que una oficina donde las cosas simplemente no funcionan: Un jefe que no entiende ni se deja entender, compañeros realmente inoportunos a la hora de su hueveo natural (cosa más que natural en ciertas oficinas), compañeros que no pueden hacer las cosas y un mesa de partes altamente desordenado a pesar de sus años. Ya tengo dos días sin haberle dicho ni J a J, ¿pensar en otra mujer? ¿En quién? ¿En la otra asistente de la oficina? Ya me dejó claro que la chica no entendería nada de lo que pudiera expresar, nunca supo a que me refería con mi expresión "¡Qué cacaseno!".





Andrés me lo sugirió cuando la vio, y simplemente le dije que no era mi tipo; le prometí un post al respecto explicando casi todas mis razones, excepto estas dos: 1) Un clavo saca a otro clavo, pero cuando el otro clavo está clavado y 2) Realmente la pre-abogada de la oficina no tiene punto de comparación con la psicóloga "que me espera en casa" (OPTIMISMO E.WONG!!!!!!!).





Día 4 (2:30 am del viernes 5): LINEAMIENTOS





No podía dejar que su forzosamente llamativa ausencia hiciera estragos tan rápido en mí. Tal vez esta frustración respecto a mi fuerza de voluntad no me dejaba dormir, esa que siempre fue mi punbto débil cuando sucumbía ante el poder de una grieta que terminaba apartándome de mi camino.





¿Tan poco había aprendido en tanto tiempo? Tal vez era pura teoría que estaba entrando en una étapa de crítica práctica. Por otro lado, ahora sí me sentía encerrado pues tenía una visita recién llegada y afincada en la sala, lo que me impedía permanecer en su tolerante y ya conocida oscuridad, aunque este tipo de intimidades era mejor dejarlas en mi domo rojo. Pienso demasiado alto, a veces me gustaría escuchar los mismos ruidos que cuando niño, me hacían pensar que alguien más joven que yo habitaba este departamento sin que nadie más lo supiera, preferiría sentir ese miedo que sentía años después con ese u otr ruido, y no tener tantas certezas horrendas en mi corazón.





Necesitaba un método, un plan de acción y de logística que me facilite las cosas. Tal vez necesité ese tipo de metodología siempre, sólo que aplicándola sólo desde hace tres ciclos me va mejor. Prendí mi lámpara y apunté todos aquellos elementos esenciales que no dejarán espacio a dudas sobre mi conducta en los próximos días:





a) J no es mala ni buena, no "te quiere" pero tampoco no "no te quiere", ella también tiene cosas que hacer y bueno, ni ella ni tú tienen la culpa de tener un mundo a cuestas.



b) El cerebro, aunque no lo parezca, tiene un tope de volumen. Si se llena de diversas cosas, posiblemente n quede espacio libre para otras, como para maquinaciones respecto a las manifestaciones de J.



c) Por lo tanto, es ideal comenzar a pensar en otras cosas, dirigir la sinapsis hacia objetivos inmediatos o mediatos que mucho no tengan que ver con los sentimientos, sino con cosas más concretas o simples.



d) Un buen comienzo es tener un buena jornada de estudios cada viernes después del trabajo. Quemarse las pestañas leyendo lo de los cursos de la facultad unas cuatro o cinco horas diarias. Por este lado, en el 90% de ocasiones, la lógica del causa-efecto se cumple y el que estudia triunfa, aunque sea con un empate.



e) Junto con tus aspiraciones abogadiles, lo único real que tienes por ahora es tu trabajo. Será una gran cagada y realmente no te lleva a nada más que cobrar tus morlacos más tarde que otros, pero te da parte del sustento y una situación social que otros (ilusos, jajajaja) al menos envidian; en suma, es un mal necesario que llena 7 de las 17 horas de actividad que tienes. Por eso, darle otra gran parcela cerebral (mayor de la que ya tiene) no sería para nada una mal idea.



f) Este es otro punto que siempre tiendes a pasar por alto: Así como ya tienes trabajo y estudio, a tu lado también hay gente que supuestamente te quiere, familia, amigos, incluso parientes y vecinos. Es uno de los grandes errores de una persona no correspondida eso de descuidar sus otras relaciones, hasta terminar perdiendo soga y cabra.



g) Cuando te paguen, procura utilizar ese dinero en tí mismo.



h) La alegría también viene en cositas de nada, nunca olvides que "de poquito en poquito se llena el saquito". Justo de esas pequeñeces puedes sacar grandes cosas, de la satisfacción que te puede dar leer Dedo Medio, o de la risa que produce la portada de Chesu... sin contar el relajo de aquella curiosamente linda quinta del Jr. Apurimac, detrás del Alzamora Valdez.


i) Hay otro distractor que durante toda mi vida he subestimado: La práctica deportiva. Si lo logro, un par de vueltas a la manzana, un set con algún amigo (aunque mi raqueta ya esté bien desfazada, y yo, pues no sé), una quinelita al aro con quien tenga ganas de jugar; si hay alguna forma de extirpar o, al menos, desalojar momentáneamente ciertos sentimientos o ciertas personas es transpirándolas. Es lo que intento últimamente, a altas horas de la noche.


k) Para efectos de estas intenciones, omitimos claramente una letra en esta lista.


l) Con la misma intención, están prohibidas hasta nuevo aviso las siguientes acciones:

1) Escuchar el Disco Nuovi Eroi de Eros Ramazzotti;
2) Escuchar cualquier vals criollo;
3) La lectura del Las desventuras del huevón de Werther de Goethe, El amor en los tiempos de Colera o cualquier obra impresa que me haga recordar la soledad, el desamor y cualquiera de sus cojudos síntomas;
4) Revisar el jai faif de J, así como releer ciertos correos suyos desde el 7-May;
5) Pasar cerca de la ubicación de su teléfono en mi directorio y;
6) Evitar mirar demasiado a cualquier mujer que use lentes de marco de carey.


m) Para reavivar, sea como sea, el buen humor, tomaremos cualquier medida, que puede incluir la lectura de revistas como Chesu o Hustler, gastar 3 mangos en agua mineral con gas y una cantidad ilimitada en alfajores. Todo para evitar que las endorfinas se incrementen considerablemente...






Trainspotting es una de mis películas favoritas, ¿sabían que el autor del libro (Irvine Welsh) sale en ese fragmento? Es el personaje de Mike Forrester, el que le da los supositorios al personaje de Ewan McGregor. Presten atención a la intentona de rehabilitación de Mark Renton.


¿Tendré fuerza de voluntad? ¿O será que a mitad de la jornada habré de romper mi refugio?


4 comentarios:

C. giuliana dijo...

yo he optado por dejar mis estrategias por ahora, estoy de descanzo, yo también quisiera que de pronto me necesiten (pero para algo más que un favor ¬¬)

P dijo...

en realidad creo que necesitarás extremo poder de concentración para no pensar en tu jota, eh.
yo no podría dejar de leer rayuela,
ni de escuchar velvet underground,
ni pensar en estupideces triviales,
ni extrañar (tanto, tanto) hablar con él.

aunque debería dado que NO me habla,
igual todos son unos idiotas e imbéciles.

supongo que los que tenemos todo a flor de piel como pellejito de pollo a la brasa somos más (y mucho más) que la cereza encima de la copa, and they take us for granted.

de todas formas: suerte (porque asumo que la necesitarás), yo no me creo capaz todavía de entrar en esos trotes, al menos no por ahora.

EmPapeLada dijo...

De veras, no hay nada mejor que plasmar claramente las cosas como son, la realidad, y lo que uno puede hace (o dejar de hacer) frente a ella. Vaya, yo también tengo canciones prohibidas, esas que son bueno dejar un tiempo de escuchar.

¿Por qué será que se nos da ese afàn de revisar elhi5 de esa persona o ver sus mails? Ya veo que no soy la única a la que le pasa... Suerte en tus TÁCTICAS y ESTRATEGIAS.. :)

Catársis dijo...

Podrás, podrás.
Como dije por allí: Todo pasa, felizmente