miércoles, 29 de agosto de 2007

Piedra libre de movimientos indeseables

Sólo una persona teme a los sismos más que yo: M-1.



Sí, M-1. Lo descubrí mientras el remezón de la siesta nos encontró en mi cama, ella exhausta y yo pensativo por muchas cosas que tenían como único confesor su sueño. A pesar de estar cansado también, una carga afilada y movil en mis espaldas me impedía descansar después de hacer el amor con ella, incluso cabecear en cualquier momento del día en que lo necesite. Esa sensación de hundimiento, al tiempo de tomar el poder de facto en mis adentros, me prohibía (sí, esa es la palabra, porque bien podía hacerlo, pero prefería dejarlo) cerrar ligeramente los ojos para tener un intento de flashback de aquel gol sensual llamado orgasmo, que no tiene calidad y que muchas veces vale más por quien lo anota que por como fue.



A mi cerebro no lo detuvo el movimiento violento de todas las cosas a mi alrededor, ni las cosas que se cayeron ni el sonido de mi monitor contra la pared que siempre anuncia desgracias o, cuanto menos, incertidumbres. Ahora, unos dedos calientes de miedo atravezaron mi costado izquierdo como pidiéndome una señal de vida, tratando de encontrar el corazón, ¿ para arrancarlo? Lo dudé en el momento en que ella levantó la cabeza y abrió los ojos como si todo se hubiese oscurecido. Fue en ese momento en que abandoné el tráfico en el laberinto mental.



- No pasa nada - le dije, mientras se apaciguaba todo -, este es concreto armado.

- ¿Estás seguro?

- Sí...

- Voy a llamar a mi casa, quiero saber como están todos...



No sentí molestía al sentir esas punzadas, pero sí supe que aquellos dedos (ahora muy lejanos) buscaban algo más que, no siempre, se encuentra en los seres humanos, sino en ciertos puntos del espacio, libres de amenaza, libres de zancadillas geográficas.



Posiblemente ninguno de los dos estaría como en ese momento de no haber tenido un lugar tan bien armado. Yo sabía que no era sólo necesidad, dependencia servil, que a veces suelen confundirse con lo que ahora pensaba: Posiblemente era la conexión ideal, podían existir otras igual de buenas, pero este no sólo existía sino que estaba aquí y no podría tener otro lugar en donde sobrevivir aquel 23-Jun-2001, eso era lo que la hacía perfecta. No me hubiera importado tanto ningún SOS que hubiese podido percibir de no ser los de ella.



- ¿Qué pasa? ¿Estás asustada?

- Es que estaba dormida - dijo, cerrando los ojos, mientras sonreía algo avergonzada por ese temor tan inusitadamente descubierto -.

- No pasa nada - dije, con su rostro en mi hombro, sonriendo -, no dejaré que nada aquí se caiga. Me gusta ser tu piedra, lo juro...



Creo que sus dedos conocían mi torax, por donde atravesar mis costillas y por eso tal vez seguían pegados a mí, nadie conocía el atajo o al menos quería saber que había por ahí. Para esta noche, tenía el pretexto ideal para dejarla buscar lo que quiera, cuanto quiera, como quiera, aquí.



Volví a desear ser su piedra libre de movimientos indeseables. Lo volví a pensar y lo prometí, sin que sea la única ni la última vez...

1 comentario:

Me Myself & I dijo...

Aaaaah, me gustaron las últimas dos líneas. Lo primero que pensé ese día fue '¿Y las parejas que está dale que te doy en los telos? o ¿Y los que están en la ducha?' Me limité a bajar el espejo de mi baño por siaca y luego bajar a la sala ya que se estaba poniendo algo largo el movimiento. Pero todo tranqui.