domingo, 12 de agosto de 2007

Contigo nunca más (Parte I)

Quería llegar a la navidad en paz y sano. Sabiendo que este fatídico 2006 ya practicamente había acabado el lunes, no tenía mejor refugio que mi cama, la costumbre de levantarme tarde, salir a caminar sin rumbo y una botella de cerveza con msn aquel jueves. Sin embargo, la tentación del pasado, de la nostalgia y de la amistad me suele hacer trampas, de las arteras.

Mi amigo-de-infancia-y-antagonista-urbano-mortal me había pasado la voz para encontrarnos en su casa con otros amigos de la promoción de colegio, en el cual sólo cursamos los dos o el último año de la secundaria. Accedí pensando que sería una velada tranquila, con unos tragos en la mesa, conversando sobre el tiempo que había pasado, sobre aquel año o dos años que pasamos juntos, en fin, tratando infructuosamente de comenzar a conocernos como no habíamos podido hacer en nuestras adolescencias. En efecto, unas horas después, estábamos cinco hombres de los siete que solíamos ser, dos habían viajado y de todas maneras harían falta, puesto que a pesar de muchas cosas, éramos (somos) batería seria y todos imprescindibles.

- El otro día fuimos con Tavo y ese tío se emborrachó feo - contaba Daniel sobre Tavo, uno de los ausentes -, incluso termino bailando con un rosca que se le atravesó...
- No jodas - interrumpió Ruri, mi amigo-antagonista -, ¿nuevamente se metieron a esos huecos de cabros del Jr. Washington?
- No, tío - explicó Daniel -, lo que pasa es que a Etnias entraron un grupo de cabros y uno de ellos se pego a Tavo bien feo, se pusieron a bailar y todo normal, hasta que veías a Tavo quitándose de encima las manos del cabro.
- Sí, jajajajaja - dijo Lucho, controlando la risa -, por eso Tavo no viene hasta ahora, fácil está asustado...
- Fácil, huevón - dije -, pero bien que ustedes si lo llevaron a esas mierdas, al cine Tauro, sólo por molestar...
- No, te lo juro - Lucho se besaba el pulgar -, entraron. Fácil tampoco viene Aldo, por eso...
- Yo tampoco me arriesgaría...

Teníamos que esperar a Aldo, el típico amigo que siempre llega tarde y generalmente, algo malogra. Lo queremos un montón, pero hay veces, miles de veces, en que hubiese sido preferible no contar con él, ya sea por su tardanza o por algún otro motivo. Y ahora que lo pienso, pues entonces no lo tenía tan interiorizado, eso era preferible, mucho mejor tenerlo como amigo en las tardes.

- Mejor que no venga - dijo mi amigo-antagonista -, siempre tenemos que esperarlo un ratazo y guarda que esta ves sí se pica feo.
- Si viene Tavo, te pelaste, lo trae de todas maneras.
- Mejor nos quedamos - dije, comenzando a desanimarme y pensando que el trago se acabaría con nosotros a medio tanque si llegábamos tarde -. Aparte, hoy es jueves, no van a pescar ni mierda ustedes...
- ¿Cómo que no? Si la otra vez con el chato y Tavo fuimos al Oso y la hicimos linda, otro jueves también en Kryptos.
- Igual, aparte, no creo que tengan tanta plata como para salir...

Sonó el teléfono, era Aldo. Dijo que recién estaba en camino e iba solo, Tavo tenía una reunión familiar y no iba a ir.

- Tavo siempre tiene reuniones familiares de sanación - dijo Daniel, riéndose -, cuando está cagado o está asustado... ¿se acuerdan cuando le robaron en Santa María?
- Sí, no quiso volver a la playa en todo el verano. Su familia organizaba parrilladas todos los sábados con tal de no dejarlo...
- Gordo - me pasó la voz David -, ¿sabes lo que pasó en semana santa con Aldo y Lucho? Aldo estaba a tiro de arco con una flaca que le presentó Lucho y se quedó dormido.

La carcajada fue general, conocíamos lo ligeramente inoportuno que podía ser a veces nuestro amigo, pero jamás pensamos que llegaría a jugar contra sí mismo. Lo iba confirmando a medida que seguía el relato.

Decidimos bajar a esperar a Aldo, puesto que ya era un poco tarde como para llegar y poder tomar lo suficiente. Nuestra primera chupeta en todo el año y la última de este año, como había pasado el tiempo mientras íbamos cada uno en no sé qué, que Huachano ya era todo un señorito marino y nada que ver con el casi pandillero que habíamos conocido en quinto, que no salíamos con las chicas de la promo porque generalmente no tenía ganas o tendríamos que cargar con sus enamorados, aparte que muy difícilmente estarían dispuestas a ciertas costumbres adolescentes. Llegó Aldo y casi con el saludo, tomamos el taxi hacia la plaza San Martín, ya no había mucho tiempo ni dinero para ir hasta Barranco o Miraflores, sin contar que esos sitios posiblemente estarían llenos o cerrados.

En el camino, confirmamos lo de casi siempre. Aldo y Daniel estaban solos, uno por tímido y el otro porque estaba demasiado imbuido en su carrera musical como para prestar atención a cualquier otra cosa, Lucho agarrando chibolas que se les acerquen, amigo-antagonista viendo a su enamorada una vez por semana, sólo para estar encerrados en su cuarto.

- No sé, para mí, ya acabo este año de mierda - dije, desde el asiento delantero del taxi -. Tengo tanta mierda que contar, que podría activar un blog nuevamente, pero esta noche no va a ser una mierda, ¿verdad?

Bajamos, entramos al local con la sola idea de encontrar un buen sitio, una mesa o al menos una buena ubicación en la tarima, que fue lo que nos tocó. Y nos arrinconamos ahí, alrededor de nuestra botella, en actitud oruga mientras el mundo se abriría hasta ese cuadrante. Si bien es cierto no había mucha gente como en otros días, todos los grupos ya estaba formados, incluso los que habían venido en la misma modalidad de nosotros, ¿alguna posibilidad de desarmar el grupo?

- Nica, ahí el brother está invitando trago, y en ese otro lado, el pata ya se la agarró, efectivo.
- Mierda, jajajajajajaja, que fácil. No es ni la 1:00.
- Claro que no. Sólo que hoy día la gente chupa temprano.

Seguíamos tomando y coreando canciones a viva voz mientras esperábamos algún grupo propicio para invadir o mujeres solas para abordar. Era cosa de pasar la botella, servirse, decir algo acompañando el salud y mirar hacia otro lado por veinte segundos, girar la cabeza como un faro a ver que buque llegaba a puerto, divertidos, mientras señalábamos cosas graciosas, como gente que hacia huevadas, o de los que entraban bastante fumeques, o simplemente grupos de chicas de no muy buen ver.

- Mira antagonista, ¡tu enamorada!

Seguimos así un buen rato, conversando mientras se podía en nuestra estable ubicación, hasta que me di cuenta que ya había que pasar a la adultez de esa noche cuando vi a dos mujeres entrando y ubicándose en la barra. Era cuestión de seguir mirando de reojo, observando si esperaban o se encontrarían con alguien, aparte de esperar algún momento propicio.

Lucho y Aldo se alejaron de nosotros por un rato, el DJ puso Lady de Modjo, por lo que antagonista y yo chupamos de pico como habíamos acordado alguna vez que sucedería cada vez que escucharamos esa canción. Obviamente, Daniel no quiso beber, pero si quiso comentar.

- Buena canción, carajo, lástima que cada canción tiene un nombre, un autor y un condenada musa.
- Oe, gordo, ¿tú entrás a la chica de rojo con su amiga la de negro?
- Están con un pata.
- Sí, pero es uno solo, y se nota que son sólo amigos.
- Antagonista, ¿ya te recuperaste? Creo que ya tienes un presente por el cual seguir viviendo...
- ¿Alejandra?
- Sí, ella. Ja, pensaba tentarte a que vayas con Daniel, pero creo que podrá solo.

El mismo pucho corría entre los dos. No tuvimos el mismo problema, pero si cada quien su problema al mismo tiempo, aunque los de Modjo no fueran los culpables.

- ¿Es cierto que LMS se parecía a la del vídeo?
- Sí, se parece, pero no importa. Debe estar haciendo lo mismo que en el vídeo, con dos, con tre, con cuatro, cinco, cinco, seis...

Hubo silencio, propiciado por un submarino por cabeza. Entre ambos necesitábamos sacarnos ventajas y a la vez, hacernos sentir bien.

- ¿Gordo, tú tienes un presente? - me preguntó-.
- Sí - mentí -, se me escapa a veces, pero es cosa de tenerlo controlado...

2 comentarios:

Kelly dijo...

Muy interesantes las salidas de los chicos, jajajaja...voy a leer tus antiguos post para poder descifrar ciertas cosas que no me qdaron claras...
Saludos :)

Anónimo dijo...

Hay una segunda parte, generalmente las salidas de chicos solteros, jóvenes y medio monses tienen consecuencias y/o desenlaces muy graciosos.

Creo que es la primera vez que escribo sobre una salida "de puro calzoncillo" (odio esa expresión, pero creo que es más coloquial). Al menos, de una con mi grupo de promoción de cole...

Tus amigos nunca te harán daño... quédate con la frase.