domingo, 7 de septiembre de 2008

Máquina (Secuela)

(Como dejamos medianamente claro en el post precuela, tuvimos la señal del destino para dar el examen de conocimientos, y la hicimos. Partido de ida ganado bien...)




Ganado y bien, contra el pronóstico de la mayoría de gente que sabía del asunto, que sabía que mi opción había sido la más económica (barata, sí, "económica" es un eufemismo) y de mayor efectividad, y que se mantenía excéptica respecto a la estirpe triunfadora del carmesí que escribe.




Bueno, ni tanto en verdad, el examen tiene mucho más de sentido común que de reglas en sí. Treinta respuestas correctas, ocho pases por 0 (el examen computarizado tiene la opción de pasar una pregunta apretando 0 para responderla al final) y dos incorrectas. Y ya pensaba que lo de manejo sería un kekito Biscotti...





Día B:





Nunca hay que creérsela. Eso le decía a mi Antagonista, mientras llegábamos al 21.8 Km de la Panamericana Sur, nadie sabe como le puede ir en cada paso.



Anta: Oye gordo, no creo que dejen entrar este carro al circuito, tiene más de 25 años.

RR: Es un carro hermoso, Cottorro, ya quisiera yo tener un Datsun en tan buen estado...



Papá del Anta, que iba atrás: Es verdad, aparte el mecánico se te apaga en la cuesta, puede ser mejor que alquiles uno...





Buen punto. Decidí apostar con ellos: El monto del alquiler si es que pasaba esa prueba. Marica, fácil ni quiso ver como aprovechaba la oportunidad que había dejado.





No tenía idea de las pésimas estadísticas que tiene la gente en este examen: Dentro de los 100 que hemos dado, 62 lo dan por segunda vez, 20 por tercera (en capilla, porque después de la tercera hay que esperar tres veces para repetir todo el proceso, desde el examen de conocimientos) y sólo 18 vamos en primera.





Esto de hacer jalar a un huevo de gente en primera se explica porque, entre otras cosas, por el suculento negocio que representa para las concesionarias de autos a alquilar y que la gente vuelva a invertir, cuanto menos, S/. 30 para un auto de prueba. Por otro lado, el circuito poco tiene que ver con lo aprendido en la calle o en el 95% de escuelas de manejo, donde todo es calle de arranque (o media calle, para los que tienen autos con doble juego de pedales). Así como, por ejemplo, los condenados veedores vacilan siempre al que notan más nervioso, o califican más estrictamente al que peor les cae...





¿Y por qué tanta especulación? Muy simple, "ChupaFormol", como llaman al tío ese que da los resultados, me llamó a la cabina donde reciben sus resultados los que... DESAPROBAMOS. Pisamos un botón, hice muy afuera el estacionamiento en reversa, como principales gazapos.





Moraleja del día: No importa que bien lo hagas en alguna otra prueba, puedes fallar en una específica, en la que necesitas conocimientos específicos.





Día 3 (osea, al día siguiente):





Me quedé bien picón con ese resultado. Tan picón que no le pasé la voz para ir de nuevo, preferí gastar el dinero que ya comenzaba a escasear en ir yo solo hasta allá, dar mi prueba en caliente, furtiva y silenciosamente, para volver de la misma forma a Lima, con el brevete en mi billetera.





Es una huevada esto de ir en caliente:





Primer error: Alquilar un carro de dos puertas, cuando se había entrenado con uno de cuatro!!!!!! Mal, mal, mal, eso pasa por roño.





Segundo error: Entrar en el juego del descontrol de los veedores, que habían detectado mi estado de piconería.





En realidad, hay que explotar la pleitesía con estos señores, rebasar la cortesía simple, y hacer las veces de un litigante sin abogado en el PJ, sino... recuerden que esta calificación es subjetiva. "Tu vieja, tu vieja, tu vieja, no te oigo!!!!!" Estuve diciendo en voz alta cuando uno de esos, el que se paseaba en bicicleta, pasó por mi lado haciéndome indicaciones innecesaria.





Tercer error: "¿Es tu problema?" Le dije al último, cuando me preguntó por mi pie izquierdo, en la garita final.





Jóvenes, después de esa raya, sólo después, acaba la prueba.





Resultado: 2-0 en contra. Lo que parecía que podía ser un paseo se estaba convirtiendo en un laberinto sin salida y una amenaza para la estabilidad psicoeconómica de esta casa.





Era mejor volver donde el señor Miyagi, y tomar un baño de tranquilidad después de mi ataque de soberbia.







(Continuará...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermano, nada que se haga en caliente resulta.

Mejor tranquilazo, tomate una chela -pero una nomas tio- y de ahí ya vas con todo.

BocaDelcielo dijo...

chesss, yo pasé el de manejo en bica. La primera me llevé un parante saliendo del paralelo (me dijeron: no te preocupes que como si hubieras matado a un niñito nomás). Cuando pasé en la bica me reía de los que se quedaron sentados por el que viejo cojo no los llamó. jojo.