jueves, 14 de mayo de 2009

El maleficio hecho persona (II)

Secuela de la introducción del tema hecha en este post.




II: Clausura 2007 - Soda Stereo


Cuando vi a Germancito (o GH, para efectos narrativos) pidiéndome una rebaja para el precio justo por el que pretendía venderle mi entrada adicional para Soda, presentí que cometía un error. Inconcebible su terno cruzado, el prendedor de la corbata, sus modales de empleado público y su casi ruego por descuento, inconciente acerca del verdadero valor de esa entrada, pues no sabía de quien era originalmente. Por supuesto, no le bajé nada, pero sí, me arrepentí después de haberla vendido.


Mi asunto con J estaba prácticamente perdido... hasta el día de su cumpleaños, en el que un regalo mío (victoria ajustada, la salamandra no estaba muerta, sólo estaba trabajando en dos lugares al mismo tiempo) pareció devolver aire. A los dos días la llamé y como quien no quería, le pregunté si aún tenía ganas de ir, y me dijo que sí, que su capacitación se había cancelado y que podía ir. Maldije a GH por dos segundos, después lo llamé para darle de vuelta su plata; ocho horas después (de su obvia negativa) estaba como loco buscando en la beata reventa, la cual conseguí llegando a pagar 30 soles más de lo que me había pagado. Seguía en carrera, en el amor tampoco hay nada dicho hasta el pitazo final del último partido de la última fecha.


Había apagado mi celular para que NADIE me rastree, me había ubicado muy lejos de muchos amigos (a quienes saludé de pasada) para poder estar sólo con ella. Y tuve que toparme con él, con él, GH, el mismo que vestía y calzaba, como fatal desenlace de un prodigio que el mismo diablo había maquinado.


Estaba contento, casi bailando, saludando a J sin presentarse, ocupando demasiado espacio, riéndose sonoramente de los vídeos de Capussotto y explicando el chiste (eso sólo lo hacen los tarados). J no mostraba reacciones, mis ojos eran de ella, mis palabras de sus orejas, GH no pintaba ni con crayola. "Carajo, ya debió darse cuenta de que las cenas de tres no existen", pensaba y seguía hablándole sólo a ella, tratando de arrimar una mano en la suya... mientras GH me empujaba y preguntaba como se llamaba la canción... como en el resto de la noche (Si no sabía, ¿por qué chucha quería ir? Posero...).


Después de Texturas, ese espacio del estadio ya había estado rebalsando, con un elemento que no desaparecía... ni a la salida. Nos seguía mientras estábamos comprando afiches del concierto y... hasta el taxi, el cual me vi forzado a compartir para no quedar como el patán que no soy frente a J, con él adelante por supuesto, mientras conversábamos bajito, porque GH se había quedado dormido.


- RR, ¿no crees que mejor lo acompañas?

- Es mayor que yo, puede llegar tranquilo (ojalá el taxista lo venda a un grupo de borrachos del Callao). Estás cansada, ¿verdad?

- Sí, y aparte el también se ve... indefenso... yo me quedo, tengo sueño, mañana te llamo, ¿sí?

- Claro (por la reverendísima puta madre, este huevón me saló).

Por supuesto, Germancito se cambió de posición, pero no hablé con él, sólo lo miré como al "Malingas" Jiménez, y me bajé del taxi apenas vi una combi que iba a Jesús María...


III: Clausura 2008 - Fiesta de graduación


¿Por qué no decirlo? Esa noche era importante para mí: Iba a compensar frustraciones, el fin del maleficio, tantos hechos agridulces habían valido la pena. De España volvía alguien cuyo lugar había estado resguardado por el destino, y nadie iría a impedirlo. De alguna manera, yo creía en las escrituras, en la fortuna, ya no tenía porque mantener la cáscara escéptica, con ese gran milagro...


Eso pensaba a las 6:30 pm, mientras me iba alistando y cantaba esa canción que parece un chiste, esa recontra pegajosa de Manuel Wirtz...

A las 4:00 am, y ya todo practicamente había funado. El buen Abelo trataba de abrirme campo para intentar salir jugando, pero por cada Abelo habían dos o tres pedorras amigas de C (o amigos mutuos, de aquellos que "nunca te harían daño").


Fue imprudente de mi parte no presentar a esas mujeres algunos de mis amigos que, extrañamente, tenían ganas de ir a esa fiesta tan desubicada en el espacio y tiempo (día martes,Cieneguilla); imperdonable negligencia eso de ir en contra de una máxima: "Todas las mujeres del grupo tienen que andar con alguien; la que va sola, malogra el carrete a todos". En este caso eran como cuatro solas y un amigo de todas, turnándose para quitarme a C de encima.

"Carajo, lo único que faltaba, el rey y la reina de la prom viniendo a estorbar, ¿POR QUÉ CHUCHA PASA ESTO?" Parecía de deleite popular el hecho de que se me arruinaran así las oportunidades. Lo de Choto y su novia saludando en todas las mesas (y en la mía, incluida, sacándome en cara su felicidad), era comprensible, pero lo que siguió fue sobrenatural, digno de alguna maldición...

Abelo no estaba, se había ido a entretener a uno de los escollos humanos entre C y yo (como buen amigo, ¡aprendan, carajo!), y mientras Choto seguía, un bulto se formó en una silla contigua a mí. GH, sentado, y sirviéndose de la botella de whisky de mi mesa, mi premio consuelo. Lo examiné con la más objetiva de mis tirrias, trataba él de armar una conversación a su estilo: Cojudeces, sin orden, sin técnica, cualquier cosa.


- Raúl, que pena eso, ¿no?

- ¿Que pena de qué? (Hijo de perra, que pendejo eres...)

- Que el Boys se vaya a la baja...


No sabía si sacar una pistola, acribillarlo y desequilibrar esa noche a mi favor como Nunes con Kopriva, o si indicarle que el punto no era el descenso, sino la pérdida de un campeonato. No opté por ninguna, porque no tenía un arma y porque sabía que no comprendería la magnitud del problema...


"No es un hombre responsable de sus actos, y mucho menos de sus maldiciones!" Es lo que me quedó por pensar.

Ya en Abril, sigue preguntando por el caso cerrado de aquella noche, y yo me interrogo si él cubre la definición de "discapacitado", por lo cual me tocarían más años de cárcel por homicidio agravado...


***Update:

Mientras culminaba con la redacción de este artículo, una chica me dijo que no podía ir a ver Los Falsificadores conmigo, el Winamp se me colgó y me enteré que el Manchester ganó y dejó en capilla al Liverpool. En fin, mejor no continuar con ciertas crónicas...

6 comentarios:

Yared Medina dijo...

este post mete miedo, no me dan ganas de hablar de GH, por temor a consecuencias necesarias con todo aquel que lo odia. Porque al parecer ese pata o tiene un super de Karma de que todo aquel que lo odia necesariamente tiene que morir de la mismamanera o peor. Pero lo cierto es que ¡qué ganas de patearle la pelotas al hhuevón ése!

Anónimo dijo...

Con respecto a GH, un poco de polvo de ayahuasca en su trago hubiera hecho maravillas esa noche...

Elmo Nofeo dijo...

GH (Gran Huevas) te saló y no se te va a pasar hasta dentro de 7 años.

Lara Holmes dijo...

Pucha q saladoooo!!!...

Anónimo dijo...

Dios Ateo: No lo hagas, de todos modos, no perderías nada importante.

Lo que no entiendo es su capacidad de trasladar su incapacidad convertida en infortunio a otros. No lo odio, justamente por eso, no quiero morir como lo que no soy: Un imbécil.

Mr T: Mira, estuve pensando seriamente en esa situación, te soy sincero. La verdad, hubiera ayudado mucho al juego, porque aún perdiendo hubiéramos podido efrecer espectáculo, un sonsito bailando footloose y rompiendo trajes a diestra y siniestra.

Elmo: Sí, fácil que estoy más salado que mazamorra de atún.

Lara: Así es el fútbol.

Anónimo dijo...

Muerte a todos los GH!!! Hijos de puta!

Yo también conocí alguna vez a un GH (que en mi caso seria AR).

Saludos!