miércoles, 30 de enero de 2008

Whigfield: ¿La canción de Fio?

omo todo hombre felizmente libre e inependiente, tengo el periscopio activo las 18 horas en las que estoy despierto. Sincera confesión, "primera noticia" dirían otros.





Salvo que ande super ocupado en la oficina o con algún trámite que me haga palpitar las sienes más de la cuenta, mis ojos están atentos, en todo lugar, a cada instante, aquí, allí, allá, de curva a curva, de frontera a frontera. No es que busque desesperadamente a alguien como se podría pensar, sino que la ausencia de un afecto estable hacia una persona específica da libertad de movimiento a mis globos oculares, ahora si puedo chequear con gusto todo el menú pues no he hecho mi pedido.





Incluyo la oficina, claro está. ¿Cómo no? El cumplir dos meses sin cotnratiempos en un ambiente cómodo para mí me disipa la mente, permitiéndome espacio para ciertos respiros triviales y, por supuesto, me hace sentir más laboralmente afortunado que hace unos tres meses, ni hablar de las compañeras de chamba.





Ahora más que nunca, mis ojos laborales se centraron en Fio (las letras solas se me acabaron en la primera temporada), y no porque me haya llenado la vida en estas semanas, sino por otras razones estructutrales. Debido al seguimiento de unos procesos de una empresa cliente, mis salidas y entradas suelen extenderse más allá de los que corresponden a las chicas de la oficina de diseño con la que El Estudio comparte piso, a las que casi no veo a pesar de llevarnos cordialmente. Lo mismo no pasa con Fio, que lleva ya seis meses aquí (a partir de aquí, estoy escribiendo en mi oficina, tiempo libre), dos de los cuales se ha dedicado, según ella misma dice, a examinarme y parece que seguirá el mismo camino del tercer practicante y posiblemente de mí si ya no jalo: Dejar el estudio en Marzo.





Solemos almorzar juntos en un lugar de Surco "cercano" (cercano a La Capullana significa un kilómetro y pico, por la Av. Benavides), traatando de hablar lo menos posible para evitar cualquier atoro que obligue a la víctima a escupir lo deglutido.





Fio (Con indecisón, como después de haber pensado mucho en si era bueno o no preguntar esto): ¿Tú no eres de hablar mucho, verdad?

RR: Depende...

Fio (Frunciendo el ceño, como si se hubieradado cuenta de su error): Ah... sí... ¿dé qué?

RR (Era hora de hacer ver que no había error alguno): De cuan libre este, de como avance, de cuan fea o caliente este mi comida.



(Ahora creo que yo fui el del error).



Fio (Ahora sí, segura, sin dudas): JAJAJAJAJAJAJA, oye, no me vas a negar que se come bien aquí.

RR: Pues sí, pero es lo menos que puedo esperar por un menú de seis soles. Aparte, todavía se me hace duro almorzar...

Fio: Oye sí, desde que llegaste has bajado de peso...

RR: Dime si tu no has bajado de peso con los tramites de la exportadora...

Fio: Ay, la verdaaaaaaaad, sí (Se soltó, a ver si comienza a soltar), más que en el gimnasio...

RR: Momento, ¿cómo así? No me digas que te pesas todos los días...

Fio (Cierra los ojos, como tratándose de una verdad de perogrullo): Así es, en la váscula del baño... espérame, tengo que ir al de acá, a la oficina no llego.


Mientras tanto, fui equipando mi MP3, uno de esos regalos que me hice en navidad hecha sólo para mí solo. Dicho aparato casi nunca lo enciendo en horas de chamba, sólo mientras transito por las calles, de ida o venida de la oficina, en los que se me va toda la batería porque es muy lejano este punto de la periferia de mi casa. Pagamos la cuenta y salimos, caminando por la Av. Ayacucho hasta tomar un carro hacia El Estudio, sin decir una palabra, pues mi orden aleatorio de canciones acaparaba la canción.



Fio (Esta vez si se aventó como un delfín): A ver, ¿qué escuchas? (Le di el audífono izquierdo) JAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!

RR: ¿Qué fue?

Fio (Aún con dificultad para hablar): Nunca hubiera imaginado que escuchabas estas canciones, siempre te he visto recontra tranqui, recontra serio con el MP3, jajajajajaja...

RR: Es mi tonera contestación contra los ochenta que ya dejé atrás. Tampoco me voy a poner a bailar en la calle pues, menos para perturbar la tranquilidad de un suburbio tan calmo como La Capullana.

Fio: Tampoco pensaba que me ibas a responder con una frase así, pensé que las frases complicadas las habías dejado... ¿y dónde la bailas entonces?

RR: Tampoco lo tengo claro, siempre le digo la verdad a Tino (uno de nuestros jefes) cuando le digo "Voy a dormir cansado". Pero habrá que verlo, si te da tiempo...

Fio (Cuando termina la canción, se retira el audífono y me lo devuelve): Sí, me da, el día comienza a la hora de salida para mí, pero jamás te imaginaba como un dance. Fácil después de chamba, un viernes, tú vienes los domingos nomás...

RR: No soy un dance, sigue escuchando. Son un huevo más de canciones.

Fio (Otro fruncimiento de ceño): ¿Madonna? ¿No que los ochenta ya fueron?

RR: Los verdaderos no, los ochenta de Oxígeno sí. Haz de saber que adoro a Madonna.

Fio: JAJAJAJA, bueno, a ver que viernes no quieres irte a dormir cansado a tu casa...

RR: Fácil, después de esta semanita y de los días en SUNARP, olvídate. Ya de por sí es difícil venir hasta aquí.

Fio: Nunca había escuchado esta canción de Manzanero...



¿Lo volverás a hacer? Hace unos días en su blog en El Mercioco, Renato Cisneros dijo que donde se come no se caga, y que era mejor evitar affaires en el trabajo. La verdad, muchas ganas de cagar en mi plato no tengo, sino de algo más noble y rico.

¿Estaré listo? Hay oportunidades, el verano siempre viene con oportunidades, depende de donde caigan. Mientras tanto, descubran las canciones y júzguenme si lo desean.

No volar, por ahora esa es la consigna. Un posdata: Comenzar con una tiptorella o un Z o Starbucks, por refrito y/o posero que parezca, parece algo ideal para abogados. Hay que dar pasos para la rehabilitación, aunque J sea todavía causa pendiente, always ready.













Respecto a esta versión de Nada Personal, es la más fidedigna a la original de 1996 y porque Fio se parece en algo a Erika Alcócer, la cantante, sólo que con cabello negro y algo más bajita, eso quiere decir, puntazos a su favor. Las otras versiones en youtube de esta canción eran pura miechica con fotitos de billetera nueva de Plaza de Armas, no apta para depres como yo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hey y cuando se logran Fiore y tú.. espero que eso pase, pasará, no????
te leo, gracias x hacer lo mismo.

Anónimo dijo...

Frau querida:

Yo espero, ya sin fumar.

La verdad, hay cosas un poco difíciles y creo que ya he cometido un error estos días: Hacerla reír, engreimiento contraproducente.

También hay preguntas en mí sin respuesta, preguntas concretas.

Arrive derci! Seguimos en carrera!

Gabriela Taipe dijo...

Oye claro!!sigue haciendola reir xD

Elmo Nofeo dijo...

Si me enamoro de la flaca de mi jefe y ella también se enamora de mí, que importa que sea mi jefe o lo que diga Renato. Yo me declaro y me hago su novio, para eso uno es hombre.

Lo demás: "escucha esto", "mira mi nuevo celular", "la Sunarp", "el trabajo", son excusas hermano.

¡Que grosero ese Renato!

Anónimo dijo...

Tasteless, mi bien:

Eso de la risa es un error que cometo permanentemente. Si fuera un acierto, se me hubiera ido encima con todo.

Hasta ahora no me dijo "amigo" o "amiguito" así que ¡Arrivederci, seguimos en carrera!

Apreciado Elmo:

Mi jefe está felizmente casado y es un buen tío, no se merece serucho, por lo menos hasta el momento.

Concuerdo contigo respecto a Renato, es un buen escritor pero a veces se pasa de maricueca y prefiere encerrarse en su circulito donde ya está ganando la posición de bufón.

Hay que trascender, amigo Elmo, todos debemos hacerlo, saludos.